Desde que en mayo los CDC de Estados Unidos lideraron la gran vuelta a la normalidad para las personas vacunadas, eliminando la obligatoriedad de usar mascarilla incluso en la mayoría de espacios interiores, la nueva guía que se hace pública hoy da un cambio tajante a la situación.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) los que más se han resistido a cambiar su criterio y volver a poner restricciones, recomiendan ahora el uso de mascarillas en interiores en ciertas zonas del país.

El cambio está motivado por los informes que manejan los expertos de los CDC relativos al incremento de las infecciones que la variante Delta está provocando incluso en personas que ya tienen la pauta completa de la vacuna.

Y si bien es cierto que las vacunas mantienen sus buenos datos en cuanto a la protección contra la versión más grave de la enfermedad o la muerte por Covid-19, también frente a la variante Delta, el disparo de los contagios y la incidencia que puedan tener los que se niegan a vacunarse han motivado esta decisión.

Y como los CDC no son precisamente los más alarmistas del mundo, para este tipo de recomendaciones nunca está de más escucharlos y hacerles caso, por muy lejos que estemos de ellos.

Vuelta a las mascarillas, decisión bien acogida

Y eso que hace muy poco tiempo, concretamente la semana pasada, un portavoz de los CDC dijo que ellos no tenían planes de cambiar las limitaciones si no era motivado porque la ciencia comunicase que existe un cambio significativo en la situación actual de la pandemia.

Pero la realidad es que algo debió ocurrir para que los funcionarios federales se reunieran el domingo por la noche para revisar los nuevos datos y acabaron revocando su decisión con respecto a las mascarillas, tantas veces sostenida.

La vuelta a la mascarilla ha tenido una mayoritaria respuesta positiva entre los expertos. Hasta el punto de que la especialista en enfermedades infecciosas del Bellevue Hospital Center en Nueva York, doctora Celine Gounder, dijo:

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Desde el segundo jueves de mayo

Los funcionarios federales de salud habían manifestado el segundo jueves de mayo que los estadounidenses que estuviesen completamente vacunados podían dejar de usar la mascarilla o mantener la distancia social en la mayoría de los entornos, incluidos los interiores.

En aquel momento fue una decisión controvertida, pues hubo no pocos expertos que criticaron con dureza la decisión, asegurando públicamente que era prematura sobre todo teniendo en cuenta la gran cantidad de personas que todavía no estaban vacunadas.

Pero muchos otros lo consideraron como la señal más clara hasta el momento de que la pandemia podría estar llegando a su fin en los Estados Unidos.

Y la directora de los CDC, Dra. Rochelle P. Walensky, respaldó entonces la decisión con una declaración que no dejaba lugar a dudas:

Pero aquella decisión, que se basaba en que según los datos de entonces la transmisión del virus entre personas vacunadas era una situación «rara», y que las vacunas parecían ser eficaces contra todas las variantes conocidas del coronavirus, ahora no se sujetan.

Con la variante Delta adueñándose del mundo, ni la transmisión entre personas vacunadas es un fenómeno extraño ni las vacunas se están mostrando completamente eficaces contra todas las variantes conocidas del coronavirus.

Es verdad que de momento las vacunas sí que están librando de la versión grave de la enfermedad a los que tienen la pauta completa. Incluso los contagiados con la variante Delta.

Pero los informes de grupos de infecciones entre personas completamente inmunizadas han sugerido que esta «cepa doble mutante india» (como se llamó en sus inicios) puede romper la barrera de la vacuna con más frecuencia que las iteraciones anteriores del virus.

Y la respuesta es una vuelta a la prudencia, sobre todo en las zonas de Estados Unidos en las que hay menos personas vacunadas.

En España falta un país entero por vacunar

Por lo que respecta a España, aunque la presencia de los antivacunas es muy pequeña y la mayoría de las personas que pueden, se vacunan, la realidad de los datos es todavía muy pequeña.

Si podemos considerar un éxito que, según los datos actualizados a hoy, ya está vacunado con pauta completa el 54% de la población española, es decir, 25.944.318 personas, no deberíamos olvidar a los que faltan.

Concretamente estaríamos hablando de casi 21 millones de personas sin vacunar.

Y esa cifra no es un porcentaje más o menos grande. Es, para que nos entendamos, como si casi todos los países de la UE tuviesen a todos sus habitantes sin vacunar.

Porque la población total de cada uno de ellos es menor que los casi 21 millones de personas que aquí todavía están sin la pauta completa.

Y eso son todos menos los 5 grandes, que son Alemania (83 millones), Francia (67) Italia (60) España (47) y Polonia (38).