Aunque los datos de contagios por el SARS-CoV-2 que se están registrando en nuestro país no invite a relajarse en exceso, lo cierto es que las playas, mercadillos y distintos eventos al aire libre están en plena ebullición. En muchos de estos lugares y casi como cada verano podemos realizarnos tatuajes de henna negra, de los temporales.

Se trata de una sustancia de origen natural extraída de una planta, la lawsonia inermis, que aplicada en la piel da un color marrón rojizo a los dibujos que en ella se hacen.

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Se trata de una opción temporal para los que no se atreven con los tatuajes permanentes, que desaparecerá a los 3 o 4 días y que no supone ningún riesgo para nuestra salud.

Hasta aquí nada que objetar. El problema viene de que, en algunas ocasiones, los encargados de hacer estos dibujos de henna le añaden aditivos que vuelven el color más oscuro, negro. Así consiguen que «pasen» por tatuajes tradicionales.

Pero la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) advierte que uno de los aditivos más utilizados para ennegrecer la henna es la p-fenilendiamina o PPD, cuyo uso directo sobre la piel ¡está prohibido!

¿Por qué? Pues porque el uso de esta sustancia puede tener efectos adversos sobre la piel.

Si hablamos de los efectos a corto plazo, el uso de henna con PPD puede provocar:

Se trata afortunadamente de afecciones leves pero que nos pueden hacer pasar un mal rato. Desde la Agencia Española del Medicamento advierten que, en ninguno de estos síntomas requerirá el ingreso hospitalario. Pero, insistimos, si va a ser algo muy molesto.

Esto a corto plazo. Pero si miramos qué consecuencias puede tener la p-fenilendiamina a largo plazo, la AEMPS nos advierte que podemos desarrollar una sensibilidad permanente hacia esta sustancia.

Esto significa que cada vez que nuestra piel entre en contacto con el PPD (ingrediente habitual de los tintes de pelo, por ejemplo), sufriremos una fuerte reacción alérgica.

Ante estos efectos, los expertos de la AEMPS recomiendan: