Acaba de terminar el verano y nuestra piel ha sufrido las agresiones propias de esta estación como el exceso de exposición solar, el cloro o el salitre casi a diario, la falta de protección adecuada, deshidratación…

Este año, además, ha vuelto a ser atípico. No tanto como el pasado, que nos enfrentamos al calor después de meses encerrados, pero todavía con muchas peculiaridades. Por ejemplo el uso de mascarillas, la incidencia negativa que la luz de ordenadores y pantallas tienen en nuestra piel y, en algunos casos, el abandono de las rutinas diarias de cuidado cutáneo durante la pandemia, lo más probable es que nuestra piel no se encuentre en el mejor de los estados.

Por eso es importante prepararse desde ya para la llegada del otoño climatológico. Porque aunque el estacional ya ha comenzado, lo que influye en nuestra piel no es el calendario sino las temperaturas, las lluvias…

Y es el momento de recuperar el buen estado del órgano más extenso de nuestro cuerpo: la piel.

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Protección solar

La primera premisa a seguir es no olvidar que el sol brilla durante todo el año, así que sigue siendo esencial el uso de un protector solar.

Y aunque por el uso de las mascarillas podríamos pensar que ya estamos evitando la incidencia de los rayos solares sobre nuestra cara, no es así. A falta de estudios concluyentes sobre este aspecto, los dermatólogos se muestran partidarios de usar la protección solar sobre todo el rostro.

Exfoliación

El color que los baños de sol proporcionaron a nuestro cuerpo va desapareciendo, si no lo ha hecho ya, así que es el momento de realizar una exfoliación para renovar la piel. Guantes de crin, esponjas rugosas o geles exfoliantes pueden ayudarnos a eliminar las capas de células más superficiales. Los procedimientos químicos son otra opción que actúa en capas más profundas.

Hidratación adecuada

Una pauta esencial, sobre todo durante estos tiempos de pandemia, es una hidratación adecuada, diaria y adaptada a cada tipo de piel. La Fundación Piel Sana recomienda la hidratación de todo el cuerpo, pero este año recuerda muy especialmente la importancia del rostro y las manos.

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Protector cutáneo

En algunos casos, el uso de mascarillas y otros elementos de seguridad contra el coronavirus, como gafas o pantallas de protección, puede provocar roces o irritaciones en la cara. En estos casos lo mejor es reforzar la hidratación de esas zonas y utilizar además un protector cutáneo.

¿Y qué crema hidratante usar? Pues las más indicadas son aquellas que incluyen determinados principios activos, como el retinol o la vitamina C, ya que nos ayudarán a frenar el fotoenvejecimiento de la piel.

Por otro lado, con toda seguridad ya hemos comenzado a percibir las consecuencias que el uso continuado de geles hidroalcohólicos y desinfectantes tiene en nuestras manos. De nuevo la hidratación es la clave para combatir la desecación que producen estos productos y para evitar la aparición de una incómoda dermatitis.

Eliminación de manchas… y revisión

También podemos aprovechar la llegada del otoño, cuando nuestro bronceado va desapareciendo, para realizar tratamientos médicos dirigidos a la eliminación de manchas cutáneas, como el láser. Y si lo que queremos es detener el envejecimiento de nuestra piel, esta estación del año es ideal para realizar una exfoliación profunda de la piel mediante un peeling.

Eso sí, siempre que optemos por alguna de estas técnicas lo mejor es que nos pongamos en manos de un especialista en dermatología, que nos indicará lo más conveniente para cada tipo de piel.

Y por último, algo que todos deberíamos realizar periódicamente dada su gran importancia para nuestra salud. Echemos un vistazo a las manchas y lunares que tenemos repartidas por la superficie de la piel. Ante cualquier modificación de forma o tamaño que nos resulte sospechosa debemos acudir al dermatólogo para revisarla.