Algunos expertos sanitarios empezaban a cantar victoria.

En los últimos meses la variante Delta del SARS-CoV-2 se convirtió en mayoritaria en todo el mundo y fue la responsable de casi todos los contagios de Covid-19.

Fueron unos meses en los que cada día teníamos la buena noticia de que no había aparecido ninguna otra variante del coronavirus que resultase ser más infecciosa que la Delta.

Este hecho, además, parecía confirmar la idea expresada por algunos virólogos acerca de que los coronavirus evolucionan mucho más lentamente que otros virus como el de la gripe.

Si fuera cierto sería una excelente noticia.

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¿A qué nos enfrentamos con esta nueva mutación?

Si en estos momentos estuviésemos seguros de que nunca más fuese a aparecer ninguna otra variante aparte de la Delta, el futuro sería más que esperanzador: podríamos asegurar que la batalla contra el SARS-CoV-2 estaba casi ganada.

Simplemente tendríamos que desarrollar una nueva dosis de vacuna específica contra esa variante Delta, que funcionaría sin problemas.

Y a partir de ese momento, una vez «re-vacunada» la mayor parte de la población, el SARS-CoV-2 lo tendría muy difícil.

Pero si por el contrario el SARS-CoV-2 es capaz de desarrollar variantes más infectivas y que escapen a la acción de las vacunas, el futuro será más preocupante. Porque el coronavirus seguirá enfermando y matando a miles de personas, y se mantendrá entre nosotros muchos años.

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La nueva variante AY4.2

Desafortunadamente una nueva variante, la AY4.2 , originada a partir de una mutación ocurrida en un virus de la variante Delta y detectada recientemente en el Reino Unido, parece indicar que es posible que ocurra esto último.

Quienes nos dedicamos a la genética de poblaciones sabemos que todos los virus evolucionan debido principalmente a 3 fuerzas evolutivas:

1. La aparición al azar de nuevas mutaciones.

2. La deriva genética, que es un conjunto de componentes estocásticos (aleatorios), que condiciona el destino inicial de los primeros mutantes. Por ejemplo, no es lo mismo que un nuevo mutante más infeccioso que los anteriores aparezca por primera vez en una persona extremadamente cuidadosa que respete la cuarentena y no contagie a nadie, a que ocurra en un insensato que asiste a fiestas sin ninguna precaución y contagia él solito a cientos de personas con la nueva variante.

3. La selección natural actuando sobre esas nuevas mutaciones, que favorece a las que dejan más descendientes y son por tanto más infecciosas.

Las dos primeras fuerzas evolutivas dependen del azar. Son por tanto impredecibles en gran parte.

Pero a medida que una nueva variante crece en número el azar pierde protagonismo y entra en el juego la selección natural.

A partir de ese momento, cuanto más infectiva sea una variante, más se dispersará por la población.

Es lo que parece estar pasando con la nueva variante AY4.2.

Primeros datos

Aunque por el momento todavía hay muy pocos datos para asegurarlo con certeza, todo parece indicar que la AY4.2 superó los límites de las fuerzas evolutivas estocásticas y ya es lo suficientemente numerosa entre la población como para expandirse dependiendo principalmente de la selección natural.

Acerca de esta nueva variante AY4.2, el portavoz de Downing Street declaró ayer que «estamos siguiendo muy de cerca esta nueva forma y no dudaremos en tomar medidas si es necesario».

El portavoz también indicó que «no hay ninguna razón para creer que se esté extendiendo con mayor facilidad».

Todo parece indicar que se equivoca.

Si es cierto, como parece a la vista de los primeros datos disponibles, que al menos el 6% de todos los nuevos casos de Covid-19 que se producen en el Reino Unido se deben a esta nueva variante AY4.2, y que este porcentaje crece a medida que pasan los días, estaríamos ante una nueva variante que resulta favorecida por la selección natural por ser significativamente más infectiva que la variante Delta.

Sin duda los efectos de la aparición de la variante AY4.2 no serán comparables a los que produjo la aparición de las cepas Alfa y Delta, que eran mucho más transmisibles (al menos un 50%) que cualquiera de las cepas que circulaban en ese momento.

Los primeros datos indican que la nueva variante es solo alrededor de un 10% más transmisible.

Suficientemente infecciosa para extenderse

De momento sus datos parecen colocarla como suficientemente infecciosa como para que en cuestión de no mucho tiempo la nueva variante se extienda entre la población británica hasta hacerse mayoritaria.

Y a la vista de lo que ha pasado con otras variantes, lo más probable es que esta nueva variante salga del Reino Unido y se extienda por el mundo.

Ya se ha detectado en Estados Unidos y en Dinamarca.

¿Por qué en Reino Unido?

Las mutaciones se originan al azar debido a fallos en la replicación del ADN. La mayoría tienen efectos perjudiciales para sí mismas y en poco tiempo desaparecen al no dejar descendientes.

Ahora imaginemos que aproximadamente surge una nueva mutación por cada millón de virus. Cuantos más virus haya más mutaciones aparecerán.

El Reino Unido es actualmente uno de los lugares más castigados por la Covid-19.

En las últimas semanas los nuevos contagios diarios fluctúan entre 35.000 y 45.000, con una tasa de incidencia de unos 400 casos por cada 100.000 habitantes.

La población de coronavirus circulantes en el Reino Unido es muy superior a la del resto de Europa. Y por eso no es de extrañar que la nueva mutación AY4.2 se haya originado allí.

Esto es un recordatorio de que si queremos vencer al SARS-CoV-2 hay que librar la batalla en todo el mundo. El coronavirus no entiende de fronteras.

También es una advertencia.

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Afecta más a los jóvenes, que están menos vacunados, y a los ancianos

La nueva cepa parece que está afectando especialmente a los colectivos de jóvenes entre los que hay muchos no vacunados. Si queremos ganar, la vacunación tiene que ser casi total.

Además, también afecta a los ancianos.

Y si sabemos (como sabemos) que en los ancianos que se vacunaron hace muchos meses se está produciendo una progresiva reducción de la inmunidad, habrá que tomar medidas. Porque ellos están volviendo a ser vulnerables.

Por eso es tan necesaria la tercera dosis, y a ser posible que sea adecuada a esta nueva variante. A fin de cuentas hemos sido vacunados contra otras cepas del SARS-CoV-2 que difieren en cierta medida de la variante AY4.2.

No hay duda de que estamos hartos de la Covid-19 y queremos volver a la normalidad cuanto antes.

Pero no olvidemos que el Reino Unido relajó antes sus medidas que el resto de Europa. Y esto ha jugado un papel muy relevante en su actual situación, con una cantidad de infectados que no debería ser aceptable.

Sería bueno que nadie olvidase (especialmente quienes están gestionando la pandemia) la que quizás es la frase más relevante en biología, pronunciada por el gran genetista Theodosius Dobzhansky:

– «En biología nada tiene sentido si no es a la luz de la evolución».

El problema de la enfermedad de la Covid-19 es ante todo un problema evolutivo. Y lo que ocurra dependerá de como evolucione el virus, SARS-CoV-2.