Ana Rosa Quintana ha anunciado este martes, 2 de noviembre, que padece cáncer de mama y que dejará «durante una temporada» de presentar ‘El Programa de Ana Rosa’.

«Me han detectado un carcinoma en una mama, afortunadamente está localizado y no hay metástasis, pero requiere un tratamiento intenso que me va a mantener alejada de este plató y estos compañeros, que también son mi familia», decía la presentadora en el espacio de Telecinco, en antena desde dieciocho temporadas.

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«Estoy tranquila, confío en mis médicos. Afortunadamente, la investigación y la medicina han avanzado mucho en el cáncer de mama», continuaba diciendo la periodista.

«Quiero recordar a todas las mujeres la importancia de no dejar pasar una revisión. Si no tuviera un trabajo tan expuesto y de tanto estrés probablemente podría seguir compartiendo todas las mañanas con vosotros, pero me vais a permitir que por una vez en la vida me dedique a mí y a mi familia».

Los avances en investigación sobre el cáncer de mama han permitido que la tasa de supervivencia se sitúe en el 90%. Pero la prevención sigue siendo fundamental. Así que saber cómo autoexplorarse puede ser muy útil para detectar problemas y actuar con rapidez.

En función de en qué tipo de células se origine el tumor, hay diferentes tipos de cáncer de mama:

¿Y qué signos pueden alertar?

Los síntomas más frecuentes en el diagnóstico del cáncer de mama según señala GEICAM son:

Una vez que sabemos qué buscar, la siguiente cuestión sería cuándo realizar la autoexploración, ya que los cambios hormonales provocan modificaciones en el tejido mamario que pueden llevarnos a error. Así que escoger el momento ideal para observar el pecho es importante.

La Organización Colegial de Enfermería facilita algunas claves sobre el mejor momento para observar nuestras mamas.

¿Cómo autoexplorarse?

Una vez determinado el mejor momento para realizarlo, la siguiente cuestión es cómo hacerlo. Adoptar varias posiciones nos permitirá observar mejor el pecho en busca de anomalías. Delante de un espejo con los brazos pegados al cuerpo primero, y luego elevarlos.

Así podremos observar cualquier anomalía en cuanto al tamaño o forma de las mamas.

Además, reconoceremos la mama, desde el pezón hacia afuera, con la mano contraria al pecho que exploramos tanto superficial, como con más profundidad, con el fin de localizar bultos o nódulos. Es importante no olvidar la zona de la axila.

Esta misma palpación se puede realizar con la mujer acostada y con una almohada en la espalda.

Por último, es conveniente apretar suavemente los pezones para observar si se produce algún tipo de secreción. Ante cualquier signo de alarma, es esencial pedir cita con el ginecólogo que realizará las pruebas diagnósticas necesarias.