El último deseo de una profesora antes de morir fue que los que acudieran a su funeral no llevasen flores, sino mochilas cargadas de material escolar para donar a los niños más necesitados.

Así era Tammy Waddell, una mujer de 58 años que amaba su profesión, y que tuvo la mala suerte de ser una víctima más de un cáncer de colon que desgraciadamente se la llevó a principios de este mes de junio. Hasta entonces, Tammy era feliz dando clases en Georgia, Estados Unidos.

Su felicidad y su pasión por su trabajo no murieron con ella, sino que se contagiaron a todas y cada una de las personas que se acercaron a su funeral con una mochila cargada de ayuda para los niños más necesitados.

Brad Johnson, primo de Tammy, fue quien compartió en Twitter fotografía explicando que ese pasillo de mochilas de la Iglesia se debía a su prima. Tanto el tuit como la fotografía fueron muy compartidos en la red social.

Cerca de un centenar de profesores se acercaron a darle el último adiós a Tammy. También lo hicieron varios estudiantes, muchos de ellos alumnos de la profesora, que quisieron unirse al homenaje de su maestra.

Las fotografías compartidas en Internet inspiraron a muchas otras almas caritativas que mostraron interés en participar con la iniciativa creando así una oleada de solidaridad realmente inspiradora. De hecho, en un momento dado, Brad Johnson tuvo que escribir otro tuit donde pedir a todas esas personas que dejasen de traer mochilas y que las donasen a otras escuelas que, seguro, también necesitarían ayuda.