Los habitantes y veraneantes de Landevennec, en la Bretaña francesa, ya están familiarizados con Zafar, un simpático delfín que lleva varios meses en la costa. Al solitario ejemplar le gusta nadar cerca de buzos y bañistas para jugar con ellos pero últimamente sus arrumacos se han acentuado.

El deflín, que se encuentra en celo, busca frotarse con los barcos y todo aquel que se le acerque, algo que supone un peligro para las personas ya que mide más de tres metros y pesa más de 300 kilos. De hecho, más de algún nadador se ha llevado un susto por las "caricias" de Zafar.

Por eso el alcalde se ha visto obligado a tomar medidas y ha prohibido el baño en la localidad hasta que Zafar se vaya a otro lugar o encuentre una pareja. Unas medidas que han sido criticadas por grupos ecologistas que creen que es excesiva ya que se presenta al delfín como si fuera "una bestia casi feroz".

No obstante, admiten que su comportamiento no es normal y lo atribuyen al hecho de estar lejos de otros ejemplares de la misma especie.

Aquí se ve a Zafar cerca de un bañista en Morbihan, cerca de Landevennec.