Hace tiempo que este tipo de propuestas ocurren. Una persona con muchos seguidores en redes sociales se pone en contacto con un establecimiento (normalmente hoteles o restaurantes) para ofrecer una publicación en sus perfiles sociales a cambio de alojarse o comer gratis en estos negocios.

Este tipo de acciones publicitarias no son nuevas, aunque lo habitual es que si las empresas están interesadas en colaborar con un influencer, sean los propietarios o directivos quienes inicien el contacto y, por supuesto, con personas muy conocidas entre los usuarios de redes.

Pues de nuevo ha vuelto a ocurrir. Tras un año de penurias para el sector de la restauración, este tipo de colaboraciones se han vuelto a poner en marcha.

En esta ocasión es un restaurante de Tarragona el que ha contado a través de su perfil en Twitter que una joven se ha puesto en contacto con ellos. "Pues pensaba yo que esto ya no pasaba, a ver qué le contesto? Alguna idea?" preguntaban desde la cuenta del AQ.

El mensaje por parte de esta mujer era que tenía una propuesta "original y divertida" de colaborar. Lo dicho: comer gratis y publicar una crítica en sus redes.

Enseguida las respuestas por parte de los tuiteros no se han hecho esperar: "Yo ni le contestaría" ¿¡Quién ha sido el/la fenómeno que os ha hecho esta oferta irrechazable?".

Tras unas horas de reflexión, el restaurante le ha dado su contundente respuesta que le ha merecido el aplauso de los tuiteros.

"Pues la verdad es que no hacemos publicidad en ningún medio desde hace 14 años" comienza el mensaje, para después hacer un repaso de los medios de comunicación y blogs que han publicado críticas de este restaurante "que han opinado (bien, por cierto) lo que les ha parecido y han pasado por aquí pagando".

"No quiero ser descortés con usted, pero en los tiempos que corren, después de una pandemia mundial y tener el restaurante cerrado y con restricciones pedir venir a comer gratis me parece una falta de empatía y oportunismo por su parte", explican desde el local.

"Vaya usted donde quiera, pague lo que toca (como hacemos todos) y opine lo que quiera". "Sus seguidores se merecen una opinión libre, no cree?" zanja el restaurante.