En los tiempos que corren no hace falta ser presidente del Gobierno, ministro, político o personaje público para que alguien te espíe el móvil. Tampoco hace falta recurrir a aplicaciones como Pegasus. Basta con aprovechar pequeños descuidos para dejar abierta una puerta a nuestra intimidad digital y con ella nuestras conversaciones, fotos, videos, registro de llamadas y hasta incluso nuestro historial de navegación y dónde hemos estado.

El móvil se ha convertido en una auténtica navaja suiza que sirve para todo. Contiene nuestras contraseñas, nuestros correos electrónicos, nuestros mensajes, nuestras conversaciones, tiene acceso a nuestras cuentas bancarias y hasta es capaz de almacenar una copia digital de las tarjetas de crédito para poder pagar sin necesidad de sacar la tarjeta física. Toda esta versatilidad lleva aparejada una enorme fragilidad si no se toman un mínimo de precauciones.

Uno de los servicios que más problemas nos puede causar es Whatsapp. Con el paso de los años se ha convertido en la aplicación favorita para conversar, mandar mensajes, hacer videoconferencias, mandarse e intercambiar fotos, vídeos y audios. Es casi una de las aplicaciones más importantes de cuantas tenemos en el móvil. Sus desarrolladores son conscientes de ello y ha instalado protocolos de seguridad muy eficaces para evitar que el contenido de las conversaciones pueda ser interceptad. Sin embargo, existe la posibilidad de tener brechas de seguridad que nos expongan a nosotros y nuestros secretos. No se trata de un error del programa sino de un descuido del que solo el usuario puede ser culpable.

Desde hace mucho tiempo, la aplicación Whatsapp permite abrir una sesión a través de un navegador mediante una vinculación o emparejado entre el móvil y una página web. De esa manera, podemos prescindir el móvil y chatear, mandar mensajes, fotos o audios desde un ordenador sin necesidad de recurrir al móvil. Es muy cómodo, especialmente para trabajar. Pero tiene sus riesgos. Estas sesiones quedan abiertas si no se cierran desde el móvil o desde la página web y es ahí donde reside la primera de las posibles brechas de seguridad gracias a la cual alguien puede acabar espiando nuestras conversaciones.

Cómo saber si alguien te está espiando el móvil y whatsapp J.B. VALÈNCIA| ANDREJ CUKIC

Cerrar sesiones de Whatsapp web para evitar espías

La situación sería especialmente grave o sensible si se trata de un ordenador al que cualquier usuario puede tener acceso. Con solo acceder a la página web de Whatsapp web el ordenador tendría acceso a nuestra sesión vinculada. Para evitar esto, los expertos recomiendan no usar este servicio en ordenador especialmente sensibles y, aunque no lo sean, cerrar siempre la sesión cuando dejemos de usar el servicio.

Para evitar este problema, es recomendable revisar periódicamente a través de la aplicación móvil las sesiones activas. Si alguna de ellas no está identificada o no sabemos de qué ordenador se trata es recomendable cerrarla o, incluso, cerrarlas todas e volver a vincular la sesión desde el ordenador en el que estamos en ese momento.

Uno de las primeras pistas que pueden ayudarte a descubrir que alguien está leyendo tus conversaciones a través de una sesión abierta es que los mensajes que tú no hayas leído figuren como leídos. En ese caso, es evidente que alguien está usurpando tu identidad y hay que cerrar todas las sesiones abiertas.

Como descubrir aplicaciones espía en el móvil

Además, y para evitar que haya programas que estén rastreando tu actividad móvil es conveniente revisar periódicamente las aplicaciones instaladas y saber cuáles son. Se trata de un método para un nivel medio de usuario. Salvo casos de espionaje profesional, en los que resulta muy complicado interceptar los métodos usados, las aplicaciones de rastreo disponibles requieren la instalación de un pequeño programa en el móvil de la víctima. Por eso es recomendable proteger los móviles con métodos de acceso como huella dactilar, identificación facial o contraseña.