Que trabajar de cara al público es una tarea de lo más complicada es algo que no tiene discusión. Y es que quien lo hace tiene que sufrir demasiadas veces los improperios y malos días de sus clientes. Es el caso de los camareros, que a menudo deben enfrentarse a situaciones incómodas y que, aunque no siempre muestran su descontento, demasiado habitualmente se ven obligados a lidiar con comportamientos poco educados y empáticos.

Afortunadamente, no siempre es así, pero has de saber que hay varias formas de actuar que los camareros odian pese a que no siempre muestren su malestar. Tal vez tú has tenido alguna vez este comportamiento y ni siquiera has sido consciente de lo incómoda que has hecho sentir a la persona que te estaba atendiendo. ¿Quieres saber cuáles son esas formas de actuar que hacen que los camareros detesten a sus clientes? Pues toma nota porque te las contamos a continuación.

Qué odian los camareros de sus clientes

  • Sentarse en una mesa sin pedir permiso, sobre todo en las terrazas: no sabes si esa mesa está reservada pese a que es muy habitual que haya un letrero avisando de que es así. No obstante, siempre es mejor preguntar antes.
  • Si puedes elegir, opta por una mesa que esté recogida y no por una que aún esté sucia: eso indica que el camarero tiene mucho trabajo y aún no ha tenido tiempo de recoger el anterior servicio, por lo que es probable que si te sientas allí, lo obligues a ir todavía más deprisa y que, a la largar, se atrase también tu comanda
  • Pregunta antes de juntar varias mesas: hay establecimientos que tienen el espacio muy limitado y si se mueven sus mesas, sobre todo en la terraza, se puede interferir en el discurrir de los peatones por la vía pública; puede suceder lo mismo en el interior con el personal que atiende las mesas, así que siempre es preferible preguntar antes de actuar.
  • Destierra las palabras manidas tales como "jefe", "guapa" o "chaval" para llamar a quien ha de atenderte. Tampoco utilices un silbido o un chasquido de los dedos, por mucho que lo hayas visto en el cine: no son mascotas a las que haces sonidos para llamar su atención. Basta con dirigirse a ellos como a cualquier otra persona, con el mismo "disculpa" o "perdona" que emplearías en otras circunstancias.
  • Siempre, repito siempre, hay que actuar de manera educada, respetuosa y amable. No cuesta nada pedir otra bebida o algo más de pan, por ejemplo, con un "¿te importaría...?" o "¿podrías traer...?"
  • Las bromas de mal gusto y desfasadas tampoco son bienvenidas. La camarera no necesita que la piropees, creéme.
  • No ignores al camarero o la camarera mientras esté hablando contigo: ni para hablar por el móvil, ni para charlar con otro comensal ni para atender un mensaje.
  • Tampoco los marees con cambios imposibles de menú, preguntas constantes sobre los platos o comandas por partes. Es mejor pedirlo todo de una o como te indique quien te ha de servir. Siempre es mejor facilitarle la tarea. Ganaréis ambos.

Los camareros detestan algunos comportamientos de sus clientes: son estos. Pexels/Terje Sollie

Estos son tan sólo algunos de los comportamientos que los camareros odian más de sus clientes. Ten en cuenta que, además de tener que enfrentarse a situaciones incómodas o desagradables, también han de lidiar con una alta dosis de estrés porque, cuando un establecimiento está lleno, todos quieren lo mismo y casi a la misma hora.