La pérdida de bosques y superficies permeables provocada por los cambios en los usos del suelo o los incendios incrementa el riesgo de riadas como las que ayer causaron graves daños en varias provincias y se cobraron la vida de un hombre en Navarra, porque "no sólo de lluvias viven las inundaciones".

En una entrevista con EFE, Francisco Javier Sánchez Martínez, subdirector adjunto de la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), ha subrayado que "las inundaciones se producen por la combinación de una alta lluvia y un choque con una superficie poco permeable y muy erosionada".

"El cambio climático traerá un incremento de las precipitaciones máximas, sobre todo en zonas próximas al litoral, porque a más temperatura, mayor evaporación y, por tanto, más humedad", ha señalado el experto.

Y si a esta circunstancia se une la pérdida de bosques y suelos permeables, la lluvia "puede generar más caudal", hasta el punto de que las obras hidráulicas "sólo consigan disminuir el riesgo, pero no eliminarlo".

Este lunes, las fuertes lluvias o tormentas de granizo registradas en el interior de Galicia, Navarra, La Rioja o Mallorca han causado la muerte de un hombre arrastrado con su vehículo por una riada, así como desbordamientos, inundaciones de viviendas, rotura de infraestructuras y cierre de playas.

Francisco Javier Sánchez ha explicado que la directiva europea insta a los estados miembros a mejorar la gestión del peligro de inundaciones mediante la actualización de los mapas de tramos de río o de costa de alto riesgo.

"En 2011 -ha detallado- se seleccionaron unos 9.000 kilómetros de ríos, torrentes o ramblas de alto riesgo y en 2013 elaboramos mapas de detalle de las zonas previsiblemente inundables y diseñamos unos planes de actuación que estamos implantando".

La selección de tramos fue actualizada en 2018 a petición de la Comisión Europea y aprobada en marzo de 2019, según ha relatado el responsable de la Subdirección General de Gestión Integrada del Dominio Público Hidráulico de la Dirección General del Agua; "afortunadamente, apenas hemos tenido que añadir nuevos".

Sánchez Martínez ha asegurado que "la mayor parte de las riadas en estos ocho años se han producido en zonas que ya estaban catalogadas", aunque ahora "trabajamos para actualizar los mapas de 2013 con nuevas áreas en las que ha podido cambiar el suelo, se han hecho obras o hay nuevas carreteras.

En esos mapas se delimita qué parte del río es de dominio público, cuál es zona inundable y, dentro de esa zona, qué parte tiene mayores problemas, "donde no debemos instalarnos porque el agua nos arrastraría".

Por eso, la normativa de usos del suelo en zonas inundables "es gradual", y permite construir en zonas donde no hay riesgo claro para las personas "siempre que sea en lugares elevados o diseñados para soportar una inundación" y no lo permite en puntos donde el daño sería catastrófico.

Javier Sánchez ha explicado que el departamento de la Dirección General del Agua responsable del Dominio Público Hidráulico trabaja en proyectos de restauración fluvial "dando más espacio a los ríos en las zonas de campo, para que el agua se quede allí y no entre en las ciudades".

Se ha referido a la confluencia de los ríos Arga y Aragón, en Navarra, donde "de común acuerdo, estamos recuperando zonas inundables en sotos más o menos naturales para evitar que se inunden los cascos urbanos y cambiando los usos del suelo".

Sin embargo, "con obras en los ríos podemos defendernos hasta lo que llamamos un determinado caudal y a partir de ahí, podemos disminuir el riesgo, pero no lo eliminamos", ha matizado; "siempre hay un riesgo residual que no podemos controlar con obras".