En 1975, las Naciones Unidas promulgaron el Día Internacional de la Mujer como conmemoración a la lucha por la igualdad, la participación y el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad.

A pesar que el Día de la Mujer ya se celebraba con anterioridad en muchos países del mundo, la fijación de una fecha concreta por parte de la ONU ayudó a dar visibilidad a este movimiento y avanzar en la consecución de derechos básicos para las mujeres, como poder votar en las elecciones, ocupar posiciones de responsabilidad en empresas y gobiernos o poder trabajar y estudiar libremente, entre otras cosas.

A día de hoy, el 8 de Marzo es una fecha señalada en el calendario para reinvindicar los derechos básicos de las mujeres que viven en los países menos desarrollados y una igualdad efectiva, que todavía está lejana, en el resto de países del conocido como «primer mundo».

Con tal de seguir avanzando en la consecución de derechos para las mujeres de todo el mundo, las Naciones Unidas incorporaron la Igualdad de Género a su Agenda 2030 como uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Igualdad de género

A pesar de los avances en los últimos años, gracias a las políticas de igualdad llevadas a cabo por muchos países, todavía existe una grave discriminación por sexo en muchos países. Terminar con esta lacra es la base para lograr un mundo pacífico, próspero y sostenible.

La igualdad de género es un derecho humano fundamental que deben proteger todos los Estados. Así pues, todavía hay 49 países en lo que no existe ninguna ley contra la violencia doméstica.

Las mujeres y las niñas todavía padecen desigualdades en muchos aspectos, además de sufrir violencia física o sexual. Según datos de las Naciones Unidas, 1 de cada 5 mujeres (entre 15 y 49 años) ha experimentado alguna vez en su vida algún tipo de violencia por parte de su pareja. Además, el matrimonio infantil ha afectado a más de 750 millones de niñas y, al menos, 200 millones de mujeres han padecido mutilaciones genitales femeninas.

Por otro lado, todavía existen muchos países que deben avanzar muchos en las políticas de igualdad de género: en 18 países se permite que el marido impida el trabajo a una mujer y otros 39 diferencian los derechos de herencia entre hombres y mujeres. Por último, tan solo la mitad de las mujeres casadas toma decisiones libremente, según los datos de las Naciones Unidas.

Así pues, las metas del quinto objetivo de los ODS buscan: poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo; eliminar todas las formas de violencia contra ellas en los ámbitos público y privado; eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina; y asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública.