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Directivos y empresarios se vuelcan con la maratón

Negocios con las zapatillas puestas

Siete directivos y empresarios valencianos relatan sus sensaciones antes de afrontar la gran carrera de mañana - Aseguran que el duro entrenamiento tendrá hoy su recompensa

Negocios con las zapatillas puestas

Víctor (Adecco), Andrés (Grant Thorton), Juan Carlos (kamax), Cristóbal (Grupo Activa), Justo (Mc Donalds), Carlos (Cuatrecasas, Gonçalves Pereira) y Sergi (Grefusa) tendrán hoy durante todo el día un hormigueo en el estómago. Como en su primera cita. Como en su primera entrevista de trabajo. Estos siete directivos y profesionales esperan con ansia que pase el sábado porque mañana se enfrentan al reto de la maratón de Valencia, su reto personal. La carrera es el premio a cuatro meses, en algunos casos a todo un año, de dura preparación. De madrugones, de tiradas largas y de correr muchas semanas más de setenta kilómetros.

Todos coinciden en que los entrenamientos les sirven de terapia para el trabajo. Como válvula para superar la presión y el estrés. Es su momento. El momento en que se encuentran a sí mismos y reflexionan. Todos están de acuerdo también en que el tiempo que ocupan en esta pasión, muchos la consideran un vicio, se lo restan a su familia. Por eso, dedican la carrera a sus más allegados, que en la mayoría de casos se suman de manera entusiasta a esta afición.

Para estos siete líderes en sus respectivos sectores, la maratón se ha convertido en una forma de vida. Las zapatillas de entrenar les acompañan en la oficina y en su trabajo. Entrenan en sus viajes de negocios por toda España y, en muchos casos, por el mundo. Hay quien, como Juan Carlos, hace coincidir sus vacaciones con una maratón. Así, ha dado la vuelta al mundo.

Mena, gerente financiero de Kamax España y presidente del Instituto Tecnológico Metalmecánico de Valencia, cumple con el de mañana su cuadragésimo maratón. Con 58 años, pretende llegar a los 60 con cincuenta pruebas reina a sus espaldas. «Afortunadamente si sigo corriendo el maratón es porque aún sigo teniendo el gusanillo en el estómago. Sólo por la ilusión que tengo cuando llego a la meta merece la pena», afirma.

Mena mantiene un nivel regular de entrenamiento, por encima de 50 kilómetros a la semana. «Soy de los que cuando se va de viaje de trabajo se lleva las zapatillas en la maleta. Si no corro por la noche lo hago a las seis de la mañana», afirma. Ha corrido en el Círculo Polar Ártico o en Nairobi y quiere cumplir las seis décadas en Nueva York. Mena reconoce que la carrera de Valencia ha disparado su prestigio y que el final en la Ciudad de las Artes y la Ciencias es «espectacular». «Para mí está entre las tres mejores de España», sentencia.

Víctor Tatay tiene 34 años y es director regional de Adecco. El de mañana es su primer maratón. Para Tatay lo más complicado es el entrenamiento, «es muy complicado y hacerme 70 kilómetros a la semana me cuesta la vida», apunta. Este debutante también viaja con las zapatillas «colgando». «La semana pasada en Ávila salí a entrenar a las 7 de la mañana», dice. Tatay explica que se decidió a hacer el maratón después de hacer la 10 K de Valencia: «Me dio tal subidón entrar por el Museo de las Ciencias que tengo ganas de vivir este reto personal y dedicárselo a mi mujer y mi hijo». Mañana de la firma Adecco tres empleados correrán el maratón y otros 25 la 10K.

Andrés Íñigo tiene 41 años y es director del área legal de Grant Thorton. Es su segundo maratón, el primero fue el de Ojos Negros por la antigua ruta del tren que llevaba el carbón desde Teruel a Sagunt. «Empecé a correr hace dos años para perder peso aunque siempre había hecho deporte», afirma Íñigo, que llegó a jugar en el Tecnidex Valencia. Entrena para el maratón es «muy sacrificado porque le quitas tiempo a tu familia. Te condiciona todo, me voy de viaje con las zapatillas», asevera. Para este exjugador de rugby la disciplina y el sacrifico necesario para afrontar la prueba es lo que más le llamó la atención. «Esta semana la estoy viviendo con nervios y ajustando la dieta. Quiero disfrutarla porque la sensación cuando acabas es indescriptible», sentencia.

Sergi Almenar, de 47 años, es responsable de producción de Grefusa. La de Valencia será su segunda maratón. Almenar también está nervioso y corrobora el tiempo que le resta a su familia para entrenar. «Mi mujer tiene más ganas que yo de que acabe. Pero hay una cosa positiva, a veces voy a correr con mis hijos, lo que se convierte en un nexo de unión», explica. Almenar relata como sale solo a correr y es su momento para «escuchar música y disfrutar de la huerta». Su campo de entrenamiento no es el río, como la mayoría, sino la huerta de Alaquàs, Xirivella o Albal. «Entre naranjos y acequias», describe. «Una de las cosas cosas que me gusta más es que cada día hay más mujeres corriendo», dice.

Nueva York hace dos semanas

Carlos Gómez-Taylor es socio de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira y hace dos semanas corrió la maratón de Nueva York. «Los nervios los llevo bien pero tengo el cuerpo sentidito», afirma Gómez-Taylor, quien en 15 días va a correr dos veces la mítica distancia de 42 kilómetros y 195 metros. Este será su tercer maratón y recuerda como se apuntó a correr sin darle importancia y ahora está enganchado. Sale a entrenar a primera hora de la mañana en lo que llama la ´liga búhos´ y explica cómo con el entrenamiento «se relativizan los problemas y los exámenes de salud salen mejor».

Para Cristóbal Guerrero, gerente de Activa y con 52 años, este será su tercer maratón. Guerrero es de los que aprovecha horas intempestivas para salir a entrenar. Como bien explica, debe utilizar una luz frontal para poder ver en la noche. «Pensaba que iba a ir solo pero por la Vía Churra va mucha gente corriendo con luces», bromea. Este directivo empezó a correr cuando hizo el servicio militar «porque era la única manera de salir del cuartel». Posteriormente salía a entrenar con su mujer para hacer montañismo. «Nos gustaba hacer tresmiles pero cuando mis hijas eran pequeñas me lo dejé». Ahora ha regresado con fuerza.

Justo Aznar tiene 51 años y explota franquicias de Mc Donalds. «Estoy de los nervios. El que no está con tensión no sabe vivirlo con toda la intensidad», comenta este veterano maratonista que con el de mañana cumple su undécimo maratón. Ha corrido el de Valencia siete veces y también ha hecho Madrid, Barcelona y Castelló. «Empecé hace ocho años y medio. Siempre he hecho deporte y tras una lesión de codo empecé a salir a correr por el río. Mira donde he acabado», ironiza. «El running entra en vena y en mi caso corro maratones para cumplir un reto», apunta. Su reto y el de otras 16.700 personas.

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