El mundo del maratón está rodeado de todo tipo de historias aunque pocas son tan especiales y extraordinarias como la de Paula González. La actual campeona de España de maratón consiguió este título el pasado mes de febrero en Sevilla. Hasta ahí, todo puede parecer normal, pero lo que no lo es, ni mucho menos, es que ese día era la primera vez que se enfrentaba a los 42 km y, por si fuera poco, no solo logró el título nacional, sino que con su 2:31:18 logró la mínima para competir en los Juegos Olímpicos de Río representando a España. González, que hasta 2015 era una corredora de pista, venía de ser dos veces consecutivas campeona de España de Medio Maratón y había cosechado tres nacionales en los 3.000 metros (2010, 2012 y 2013). Todo parecía que le sonreía pero, a falta de solo dos meses para cumplir su sueño olímpico, sufrió una inoportuna lesión entrenando. «Creo que ya lo he superado, pero, se me hace un poco duro recordarlo y contarlo. Tras sufrir la fractura pasé unos días muy malos, pero luego vi que no podía seguir fustigándome, llamé al seleccionador y le dije que no podía ir, además, otra compañera, Azucena Díaz (2:31:45) también tenía la mínima y se merecía disponer de todo el tiempo posible para prepararse para los Juegos». No obstante, ella no se rinde y piensa en llegar en buena forma a Tokio donde tendrá 35 años: «Desde que empecé a correr con seis años, mi sueño ha sido ir a unos Juegos. Nunca lo logré en pista, donde competí de 1.500 a 5.000 metros, pero ahora sí lo tenía ahí. No obstante, si al final no lo consigo no me voy a sentir frustrada», confiesa. González reconoce que nunca se atrevió a afrontar un maratón y que, como tantas mujeres, lo veía como una muralla. No obstante, una lesión a finales de 2014 la dejó sin demasiadas opciones en la temporada de pista y decidió enfocarse a la ruta, primero en el campeonato de España de 10.000, que ganó, y luego en el de Medio Maratón, donde repitió éxito.
Parecía que pasar de ahí a la distancia más larga era un trámite natural, y, ni corta ni perezosa, así lo hizo con gran éxito en el Nacional de Sevilla. Parecía que el destino le tenía reservado que su segundo maratón sería en un acontecimiento como unos Juegos, pero no pudo ser y ahora, cuando todavía anda recuperando la forma, va a correr el 10k del próximo domingo en Valencia, una ciudad que le encanta y de la que se deshace en halagos hacia su Maratón y su Medio: «Es uno de los mejores del mundo y eso atrae a mucha gente. Solo el hecho de que sea a nivel del mar, el circuito llano, la medalla de oro, que año tras año se ven las marcas que se realizan, hace que cada año se supere». Ella valora, sobre todo, el gran ambiente que se vive: «La gente de Valencia se vuelca y eso se agradece mucho en distancias tan largas donde piensas muchas cosas y en los sitios donde no hay gente es donde te pega el bajón psicológico. Pero que pases por cualquier zona y veas ahí al público es una pasada». Hoy, González ya ha superado aquel varapalo de no poder competir en Río y anima a todas las mujeres a calzarse las zapatillas y dar un paso más hacia la igualdad: «Es verdad que el maratón da mucho respeto. Como dije en la charla de los entrenamientos de Serrano, siempre quería correrla porque me parecía una prueba para valientes, pero yo no me consideraba como tal», pero luego la corrió y no se arrepiente. Ella comprende que aún haya muchas mujeres que no se lancen a distancias más largas, pero sí las anima a ello: «La preparación de un 10 k no es tan larga. No es tan dura.
Las mujeres se animan a correr en modo runner, pero la verdad es que estoy muy contenta de que cada vez sean más entrenando. Era un tema un poco tabú y me enorgullece como mujer que se calcen las zapatillas y salgan». Para valorar el salto que aún hay en cuanto a participación femenina en una 10k o en un maratón, ella baraja algunas claves: «En distancias largas es cierto que igual los hombres nunca han tenido miedo a los prejuicios de qué dirá la gente. Esto ayuda a que sean más los hombres que se ve en carrera. Pero con el tiempo nos iremos igualando y desde aquí les mando un empujón más para que se animen a correr». Lanza un buen consejo para aquellos y aquellas que, llegado el gran día, no se sientan como pensaban: «Si vas mal lo mejor es retirarte. Si lo dejas sobre el kilómetro 20 puedes correr otra maratón un mes más adelante. Pero si te exiges al máximo sin estar en condiciones, a nivel fisiológico te deja muy tocado y cuesta recuperar. A mi me pasó en Sevilla, llegué entera a meta, aparentemente, pero luego me costó más tiempo del que creía volver a entrenar bien».
