La foto que ilustra este reportaje no pertenece a ningún desfile de modelos, ni forma parte de un concurso de belleza ni son las invitadas a ninguna boda. Son mujeres que acaban de recoger sus premios con ocasión de la entrega de trofeos de la XIX edición del Circuito de Carreras Populares de la Diputación de Valencia.

En el año 1968, según las encuestas de la época, la participación de la mujer en el deporte era testimonial y la de los hombres no pasaba del 16 %. Han pasado los años y, en el presente, la práctica del deporte y del ejercicio físico en Valencia se sitúa en más del 47 %, una cifra buena, pero que en los próximo años va a mejorar. Y lo va a hacer gracias a la mujer. En el mundo de la carrera a pie la presencia de las mujeres en carreras entre 5 y 10 kilómetros supera ya en más de una ocasión el 40 %. En la carrera de la Cruz Roja del año pasado (5K), por primera vez las mujeres superaron a los hombres. Y en la San Silvestre de 2015 casi ocurre otro tanto con más de 9000 mujeres de los 19.000 inscritos.

La mujer que hace hoy deporte tiene conciencia clara de su cuerpo y de su vida personal. Si bien la situación económica de muchas de ellas condiciona el acceso al deporte. Son muchas las que tienen sueldos de miseria o trabajan en condiciones muy duras. Muchas están en el paro y se ven incapacitadas para poder pagar la inscripción en una carrera.

«Me ha valido para ilusionarme»

Ellas nos cuentan sus testimonios. Así, Pilar Algarra indica: «Hacer ejercicio sirve como preventivo de enfermedades como la diabetes, la obesidad, el asma, los problemas cardiovasculares, el colesterol, y otras». Ella, que ya ha cumplido los 60 años, nos recordó, en esta entrega de trofeos de la Diputación, que hace unos años perdió al compañero con quien había compartido buena parte del camino de su vida. «Estaba abatida. He levantado cabeza gracias al running. Yo digo a todas las mujeres que se pongan en marcha, que vayan poco a poco, que vale la pena y que a mí me ha servido para tener de nuevo ilusiones y marcarme objetivos».

«Mi padre corre gracias a mí»

María Gálvez empezó a correr a los 14 años. Ha corrido con la camiseta de los Runners, Never Stop y ahora en el Cárnicas. «He acabado un ciclo sanitario y ahora me preparo para ser enfermera. Empecé a correr a modo de aventura y gracias a mí, ahora mi padre, que en un principio se limitaba a acompañarme, es corredor».

Otro caso digno de mención es el de Davinia Albinyana, nacida en Alzira, un caso de pasión por la vida y por el deporte. Corre con un equipo francés en la modalidad de duatlón por lo que viajar a Francia es un hábito. Posee el don de conocerse a sí misma y es idéntica en los momentos de euforia y en los de tristeza.

Davinia, un atleta muy completa

Equilibrada, luchadora, amante de su tierra y de sus raíces, atleta completa, pues igual nada, que va en bici, que corre. Todo lo hace bien. Es muy difícil encontrar una mujer que corra el 1.500, el 3.000, el 5.000, el 10.000, la media maratón y el maratón y en todas estas pruebas esté entre las 10 primeras de España.

Para encontrar un caso similar hay que remontarse a los años 60 y 70 cuando Concha Carpi llegó a ostentar los récords regionales de 100, 200, 400, 800 y 1500. Albinyana y la fondista Marta Esteban son las dos atletas internacionales más valiosas y, sin duda, dosembajadoras del deporte valenciano actual.