«Las sandalias son para la playa, no para correr maratones de montaña». Con esta frase se despachó un juez de la organización del Maratón de Espadán ante uno de los tres atletas que se plantaron ayer en la salida con sus «huaraches» para disputar la prueba. Minutos después, los responsables de la prueba ordenaron la descalificación de los tres atletas con este tipo de calzado minimalista. Podrían participar en la carrera y servirse de los avituallamientos, pero sus tiempos quedarían invalidados.

La postura sembró la indignación en el sector descalcista y minimalista del atletismo popular valenciano. La organización emitió a media mañana un comunicado oficial. Se aferraba al impreciso reglamento de la carrera, que señala que «todo lo no previsto se regirá por las normas de la Federación Española de Montaña y Escalada de la Comunitat Valenciana (FEMECV». Se ampararon en el artículo 6.2.1. del reglamento de las carreras de montaña, que recoge que «para participar en la prueba cada deportista deberá utilizar calzado y vestimenta adecuados para la práctica de carreras por montaña».

Pero, ¿qué es el calzado adecuado? La norma es interpretada de «ambigua» por los afectados y por el Club 5 dedos de Valencia, el único de España que agrupa a corredores descalcistas y minimalistas. «El reglamento de la Federación de Deportes de Montaña sí que lo permite. Lo peor ha sido la falta de respeto que han sufrido algunos corredores. Con jueces con conocimiento del tema y criterio, no debería haber habido problemas», asegura su presidente, Ramón Auñón.

No hubo problemas, sin embargo, para los minimalistas que participaron en la prueba paralela, el Medio Maratón de Espadán. La tercera clasificada senior, Ruth Perales, entró tercera en la meta. Y el veterano Vicente Raro, también con sandalias, subió al podio en su categoría. El descalcismo y minimalismo es una corriente surgida en Estados Unidos en los 90, cuando los ultrafondistas americanos no sólo comprobaron que, con los pies desnudos o con sandalias, mejoraban sus tiempos. También evitaban la mayoría de lesiones, siempre que dejaran las zapatillas amortiguadas de forma progresiva.

Cada vez son más los fisioterapeutas „Pablo Martínez, del Valencia Basket, entre ellos„ que recomiendan aparcar el calzado convencional para que el pie recupere su pisada natural y, también, las sensaciones que transmite el suelo a través del metatarso. Los jueces del Maratón de Espadán quizá no recuerdan que el ser humano corrió descalzo durante decenas de miles de años.