Hace unos años eran considerados como unos locos. Los raros del atletismo popular. Ahora ganan carreras. Los atletas descalcistas y minimalistas empiezan a estar entre los primeros clasificados en las carreras populares porque las leyes biológicas les respaldan. Es, fundamentalmente, una razón biomecánica. Su técnica de carrera es más eficiente por una cuestión de naturaleza. El sábado pasado, la valenciana María José López ganó el Gran Fons de Puçol (15 kilómetros) con unas huaraches (sandalias) en los pies, un calzado cada vez más habitual entre los corredores populares. Además, venció con autoridad: aventajó en casi dos minutos a la segunda, que, como el resto, corría con zapatillas amortiguadas. Eso no es todo. María José pertenece a la categoría de veteranas. Tiene 40 años. Y fue la más rápida de las 80 mujeres participantes, entre ellas todas las sénior (hasta 35 años). «Animo a todo el mundo a correr descalzo o con huaraches. Pisas con la técnica correcta y te hace ir más rápida», asegura la atleta del clinb 5dedos, que ya ganó la 10K de Albalat dels Sorells.

El caso de María José es digno de estudio. El resultado, seguramente, haría mucho daño a las grandes marcas de calzado deportivo. En Puçol demostró que el ser humano dio un paso atrás en su adaptación al medio el mismo día que se cubrió los pies, hace unos 3.000 años. Para entonces, la especie ya no necesitaba cazar en grupo para perpetuarse. Correr había dejado de ser una cuestión de supervivencia. Por eso pudo vestirse los pies.

María José López empezó a correr hace sólo 5 años, después de quedarse sin su trabajo de recepcionista. Sólo uno lo hizo con zapatillas. Cuando empezó con el minimalismo, sus ritmos mejoraron. «Cuando me quedé en el paro no sabía qué hacer y empecé a salir a andar y, después, a correr. Salía con zapatillas convencionales, pero rápidamente me interesé por el minimalismo. Una vez me calcé las sandalias, ya no he cambiado. Corro con libertad y mi recuperación después de las carreras es mucho más rápida», explica la ganadora del Gran Fons de Puçol, que cubrió la prueba a un ritmo de 4.15 el kilómetro. «Me va genial. Como llevo poco tiempo corriendo, mi adaptación ha sido rapidísima. El pie cae sobre el suelo como tiene que caer, sin talonar, sin forzar nada», añade María José, que ahora encaja y selecciona naranjas en una empresa frutícola. «Si ahora me pusiera unas zapatillas, mis ritmos serían más lentos», continúa. La corredora valenciana pertenece al club 5dedos, el colectivo que agrupa a los descalcistas y minimalistas de Valencia. Su evolución ha sido tan veloz que corre con el patrocinio de una marca de huaraches (Enixsandals). «Con las sandalias gané la carrera de 10 kilómetros de Albalat dels Sorells», afirma.

La tendencia de correr con los pies desnudos gana adeptos sin parar. Los que dejan las zapatillas, muchos para superar lesiones provocadas por la excesiva amortiguación, que obliga a pisar de una forma antinatural, nunca vuelven al otro lado. «Muchas veces entreno y participo descalza en algunas carreras. La gente te mira, siente curiosidad. Pero incluso hay gente mayor que ya lo entiende. Te dicen: ‘Mira qué rápida va esa minimalista’», explica María José, cuarta en la clasificación del Circuito Divina Pastora de veteranas.