València coronó ayer al keniata Geoffrey Kamworor como el atleta de largas distancias más en forma del mundo. El nuevo campeón del mundo de medio maratón es, también, una de las referencias de la distancia de Filípides. El africano inauguró el pasado mes de noviembre su palmarés por la puerta grande, al vencer en el glamuroso Maratón de Nueva York, uno de los seis «majors». Ese día superó a los dos grandes favoritos, el etíope Lelisa Desisa, que había prometido vencer y terminó tercero, y al también keniata Wilson Kipsang, el cuarto hombre más rápido de todos los tiempos.

Con sólo 24 años, muy pocos para un fondista, Kamworor está llamado a dominar el maratón en la próxima década. De momento, ayer ganó el Mundial del Medio Maratón de València con la solvencia de un corredor experto. Sin «liebres», con un viento racheado que rompe cualquier estrategia de carrera, por muy bien estudiada que esté, Kamworor fue el mejor con diferencia. Los expertos destacan sus extraordinarias condiciones físicas. Con una musculatura que se aleja del perfil de los fondistas de toda la vida, el keniata tiene una zancada espectacular. La fuerza es, en su caso, un valor añadido a la resistencia, la base de la pirámide de todo maratoniano.

Kamworor ganó ayer su tercer Mundial de medio maratón y se presenta como el único atleta de la actualidad capaz de batir el récord de Zersenay Tadese (58:23). El africano se quedó ayer a menos de 2 minutos, con una marca de 1 hora y 2 segundos. Con mucho viento, lluvia y sin «liebres». El tricampeón mundial de la distancia no sólo es un portento sobre el asfalto. El dominio de Kamworor se extiende también al cross. Ha ganado los últimos dos Mundiales, en Guiyang 2015 (China) y Kampala 2017 (Uganda). También es una bestia sobre la pista, en la que tiene como logro más destacado la plata sumada en los 10.000 metros del Mundial de Pekín (2015).

La carrera masculina fue mucho más pareja que la femenina. Hasta 29 corredores separados sólo por tres segundos se tanteaban al paso de los 15 kilómetros. Fue en ese momento cuando Kamworor decidió tomar el mano. Subió el ritmo y comenzó a abrir una brecha con el resto. El sucesor natural de Eliud Kipchoge, dominador indiscutible del maratón en los últimos años, ya aventajaba en 20 segundos a Cheroben, otro de los favoritos, cuando enfilaba la calle Colón, antes de entrar en el último kilómetro. Mientras la mayoría de sus rivales corrían con la cara desencajada, Kamworor repartía sonrisas a su paso por Jacinto Benavente, consciente de que la medalla de oro ya la tenía colgada.

Abraham Naibei Cheroben, de Bahréin, entró segundo. El podio lo completó el eritreo Aron Kifle con 1:00.31.

El pir octavo puesto (y primer no africano) del suizo de 22 años Julien Wanders.