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Entrevista

Dulce Albors: "Ser mujer y correr en los años 80 suponía recibir algún ´piropo´"

Es una de las pioneras, de las primeras mujeres que se animaron a correr junto a los hombres en la Alameda, el epicentro del atletismo popular en València

Dulce Albors: "Ser mujer y correr en los años 80 suponía recibir algún ´piropo´"

P Es usted una de las mujeres pioneras del running en València. ¿Cómo empezó todo?

R Tengo 2 hermanos que les gustaba correr y yo lo hacía en el colegio. Un día, en 1983, mi hermano me dijo: «He pasado por la Alameda y he visto a gente corriendo». Y dije emocionada: «Pues mañana vamos a ver». Normalmente era gente mayor, gente que tenía un trabajo que le permitía salir a correr por la tarde. Le veías y le preguntas: «¿Puedo correr contigo?», así con naturalidad. Tenías que aguantarle el ritmo para no tener que parar, claro. Eran corredores del entonces incipientes Correcaminos, pues todos empezaron aquí. Lo bueno de la Alameda era que siempre te encontrabas a alguien y te unías, porque era un kilómetro de aquí para allá. Entonces se empezaba a conocer el Maratón de Madrid y comenzaba a fraguarse el de València. Yo corrí 3 aquí, de los primeros, los del 85, 86 y 87. Luego me fui al Valencia CF y empecé a correr en pista. Yo quería bajar de 3 horas en maratón. La última me quedé en 3:02.

PEntonces no habría planes de entrenamiento para el maratón, ni nada de eso, ¿no?

R Comparado con ahora eran cosas rudimentarias. Pero el Correcaminos ya tenías sus planes, con ´largos´ y todo. Quedábamos en la Alameda a las 8 de la mañana, los sábados o los domingos, y luego hacíamos esos ´largos´. La primera vez que vimos a uno estirar, dijimos: «¿Este qué hace?». ¡No sabíamos lo que era estirar!» (sonríe).

P ¿Dónde? En el río no se podía correr.

R Teníamos 3 alternativas. La primera era ir a El Saler por el antiguo Camino de las Moreras y la carretera vieja de El Saler. Luego había otro que era ir hasta la Cañada, por detrás de Campanar, que era todo huerta. Y luego otro a Albuixech y Massamagrell, también por la huerta. Ya hacíamos hasta 35 kilómetros, ¡eh!

P ¿Recuerda la marca de zapatillas con las que corrían?

R Había muy poco, todo muy rudimentario. Yo empecé con las Adidas del colegio. Luego salieron unas Asics, las ´Allianz´ o algo así, pero no te dabas cuenta si te iban bien o mal hasta que llevabas unos días. En una revista de un maratón vi a (José Manuel) Abascal con unas Nike Terra, una novedad, y las compré. Iba que volaba, pero se me deformaron enseguida, yo que era pronadora, y entonces ni lo sabía, claro.

P En esas carreras por la Alameda, en esos largos, ¿era usted la única mujer?

R A veces, pero en general éramos muy pocas. Yo iba con mi grupo de entrene, casi todos hombres.

P Ganaría muchas carreras en categoría femenina, claro.

R En el último maratón, el del 87, quedé campeona autonómica. En una quedé la tercera y la primera española. Pero me quedé con la espinita de no haber bajado de 3 horas (3:02). En el 94 lo retomé y lo conseguí. Hice 2:59.

P Mediados de los 80, una mujer, con pantalón corto,corriendo en la Alameda. Se escucharía más de un «piropo».

R ¡Sí, muchas veces! Algunas te decían ´vale machota´, pero sin mala idea. Y otras, se ponían en el semáforo del puente (ahora de la Peineta) y te decían ´quien te cogiera´, ´yo te iba a hacer una mujer´ y cosas así. Ahí me sentía agredida, eran cosas sucias. Aunque como casi siempre iba con chicos, me sentía arropada.

P Corrían y hacían amigos, entonces.

R En la Alameda se juntaban todos, porque sólo se corría allí, y se iba formando un gran grupo. Eran entrenamientos muy divertidos. Cuando me cogió el Valencia CF, le dije al entrenador que me dejara ir a rodar con mis amigos de vez en cuando. Luego me decían que me veían riéndome mientras corría, y yo les decía siempre lo mismo, que correr también es divertirse.

P ¿De qué nombres se acuerda?

R De muchos, y seguro que me olvido a alguien. De Marisa Martín Lejarreta, Eugenia, Nati, Amparo Sahuquillo, que fue de las pioneras de verdad; Merche Cano en pista, las hermanas Pont, Sandra y Cecilia en Cárnicas Serrano después...

P ¿Dulce Albors sigue corriendo?

R Tuve que parar porque se me cerró la arteria iliaca. Me dolía la pierna y me daban un diagnóstico los traumatólogos, hasta que resultó ser un problema vascular. No tenía pulso en el pie. Cuando me lo encontraron, me dieron medicación y me recomendaron que volviese a correr. Ahora he empezado más en serio, pues dicen que en la pierna se ha hecho un by-pass natural.

P ¿Qué le parece el formato de la Carrera de la Dona?

R En la primera carrera, yo tenía un poco el corazón partido. Me parecía muy bien que se fomentara que corriesen mujeres, pero por otra parte no compartía del todo que fuese una carrera que excluyera a los hombres. Yo es que corría con hombres, claro. Entonces ya había más chicas que corrían, pero a las carreras iban los chicos y las mujeres se quedaban en casa cuidando a los hijos. Cuando organizaron la carrera de la mujer, en vez de estar mis compañeros de siempre, estaban las mujeres de ellos. Ellos estaban con los niños, o aguantándoles el chándal. Me gustó porque el hombre hacía de consejero y también había un cambio de rol. Me gustó porque el hombre jugó el papel de acompañante.

P Entonces, ¿le gusta la idea o no?

R En un principio lo veo bien, porque es un empujón para la mujer, una forma de motivarla para correr. Pero comprendo también que haya hombres que no les parezca bien.

P ¿Ve aún machismo en el atletismo popular?

R Me gusta que me preguntes esto. Yo voy a favor de la mujer porque soy mujer, igual que si hablan mal de la policía los defenderé. Pero a veces veo un feminismo tan recalcitrante que no me gusta tampoco. En el correr lo que vale es el esfuerzo del que corre y ya está. Es un tema complejo. Incluso a veces entiendo que se le dé más dinero al ganador absoluto que a la ganadora femenina. Yo he corrido como senior y veterana, pero a veces la veterana llega antes y le dan más dinero a la senior. ¿Es justo? Es más objetivo dar más premio a quien gana. Pero que quede clara una cosa: lo ideal es que le diesen lo mismo al primer hombre y a la primera mujer, pero puede que no sea lo más justo.

P Dice que a veces exageramos con el machismo.

R Más que exagerar, a veces se utiliza con malos fines. Yo he visto a una mujer quejarse porque su jefe le ha ordenado algo y esta ha dicho que es machismo. Eso también pasa con los hombres. A veces se hace demagogia, es peligroso.

P Cómo atleta, pasaría sobrada las pruebas físicas para ser policía.

R Bueno, no eran muy exigentes. Te pedían 4.10 en los 1.000 metros, 1 metro en salto de altura, y aparte estaba el salto de longitud, la cuerda y la natación.

P ¿Practican mucho deporte los policías?

R Ha cambiado mucho. Ahora hay gimnasios en los retenes y son muchísimos los que corren. Donde yo estoy ahora, (Molí del Sol), es ideal para hacerlo. Todo se me ha juntado para volver a correr.

P ¿Cómo se ha sentido tras correr en la Carrera de la Dona?

R Muy bien. Hemos ido un grupo de compañeras, con la única pretensión de disfrutar. He empezado muy fuerte y me ha dolido un poco la pierna, pero estoy contenta con el tiempo, 41 minutos, a 5.34 de ritmo el kilómetro. El año que viene, las policías formaremos un grupo más grande y mejor organizado.

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