Por la zona de la meta todo eran abrazos, lágrimas de emoción, enhorabuenas compartidas. El empresario Juan Roig, mecenas de las dos grandes carreras de València, envió un mensaje escueto, pero con mucho peso: «Ahora, a por el récord del mundo del maratón», dijo. Paco Borao, director de la carrera y de la SD Correcaminos, con quien todo empezó todo esto hace 40 años, se abrazaba con todos, lo mismo que Juanma Botella, el gerente del club. Un hombre que lleva el atletismo grabado en la sangre. De la euforia del momento disfrutó también Elena Tejedor, la presidenta de la Fundación Trinidad Alfonso. El matrimonio entre el club de atletismo con más raigambre de la ciudad y la fundación que lleva el nombre de los hermanos Roig es perfecto, un ejemplo de armonía.

El éxito del Medio Maratón, con la experiencia adquirida desde el cambio de formato en 2006, y con el paso a un recorrido todavía más rápido que el anterior, es incuestionable en todos los ámbitos. La prueba registró también el récord de participación, con 15.500 atletas en la salida.

Hoy mismo comienza la cuenta atrás para el Maratón de València Trinidad Alfonso EDP, que este año se celebrará el primer domingo de diciembre, el día 2, para no coincidir con el Gran Premio de Motociclismo de la Comunitat Valenciana. La organización prepara un cartel de lujo, también, para la gran distancia. La posibilidad de acercarse al récord mundial atómico (2:01.39) de Eliud Kipchoge es cada vez más factible. El maratón de València pasó en 2013 a ser el más rápido de la historia en suelo español. Félix Kipkemoi Keny lo completó en 2.05:15.

Un botín de 56.000 euros

Kiptum se lleva un premio de 56.000 euros: 50.000 por el récord del mundo. 3.000 por el récord de la prueba y otros 3.000 por ganar la carrera.