El pasado domingo 15 de marzo se publicó en Levante-EMV una información titulada «La cárcel de Picassent cierra un piso para madres presas al no poner funcionarias», en la que se ponían de manifiesto una serie de hechos en relación a un piso para internas clasificadas en tercer grado, que habían sido puestos en conocimiento de su medio por una funcionaria penitenciaria, C. G. S. Sin ánimo de polemizar sobre el contenido, que corresponde a una visión personal de esa funcionaria „y que no se corresponde con la que tiene la gran mayoría de trabajadores del Centro de Inserción Social Torre Espioca de Picassent, del que dependen esos pisos, ni sus representantes sindicales„ ha causado un gran malestar entre la plantilla de ese centro la afirmación de que se produce una «sobresaturación» de funcionarios en ese centro, algo que no se corresponde, ni de lejos, con la realidad que se vive en el mismo cada día.

Cada grupo de siete funcionarios/as tiene que asegurar durante los 365 días del año, 24 horas al día, la cobertura de 4 puestos de trabajo, incluyendo vacaciones, permisos, bajas por enfermedad (no se contrata a nadie en caso de incapacidad laboral de larga duración)? Por lo que en ningún caso se puede hablar de «sobresaturación», sino todo lo contrario, ya que, por ejemplo, los trabajadores tienen que disfrutar de sus vacaciones veraniegas a lo largo de 4 meses, ya que la plantilla existente no da para más.

Si se produjera la apertura de ese segundo piso, con los efectivos disponibles, y en el actual contexto de restricciones en las convocatorias de oferta de empleo público y, por tanto, contratación de nuevos funcionarios, la situación en materia de personal se volvería totalmente inasumible y los trabajadores no podrían disfrutar de sus permisos y vacaciones durante el año natural. Alberto Téllez. (Representante del sindicato Acaip) Picassent.