Actualmente podemos escuchar cómo la gente se queja de las nuevas generaciones, que cada vez están peor educados, son más irresponsable, menos sensatos... Pero saben, la culpa no es nuestra, sino de quienes pretenden que nos comportemos como adultos pero sin darnos la libertad que ello necesita. ¿Cómo esperan que seamos responsables si no nos dan lo más importante? La libertad de equivocarnos, de caernos al suelo y llorar del daño hasta quedarnos sin fuerzas. Nuestros padres deberían enseñarnos que pase lo que pase, ellos estarán ahí. Que nos caeremos, mil y una veces, pero una vez tendidos en el suelo, ellos vendrán, no a cogernos de la mano, sino a animarnos a levantarnos. Anais Albertos. Valencia.