Después del tremendo descalabro que ha sufrido el Partido Popular en toda España que le ha hecho perder los gobiernos autonómicos y la casi totalidad de las alcaldías más importantes, lo más grave y preocupante es que su líder, Mariano Rajoy, ha perdido además la cordura contestando a un periodista en la rueda de prensa que dio en la sede de su partido, después de más de tres años desaparecido, que «la victoria del PP es incuestionable». Hay que estar viviendo en otra galaxia para no darse cuenta de que el hundimiento del PP se debe a su lamentable gestión dictatorial y sobre todo al manifiesto incumplimiento de los cinco ejes de su programa electoral: bajar los impuestos, acabar con el asentamiento político de ETA en las instituciones vascas, independizar definitivamente el poder judicial, frenar el levantamiento catalán (no se atrevió ni a suspender el referéndum) y volver a reorientar la ley del aborto. Solo ha sabido escudarse en la mejoría de la economía, que por otra parte todos sus votantes saben que ha sido a costa de la sufridísima clase media, y no así de los grandes capitales que siguen disfrutando de unas saludables amnistías fiscales.

Hay que estar muy trastornado para no querer asumir su gran fracaso político, aunque lo más desalentador para los fieles seguidores del Partido Popular, es que en el Comité Ejecutivo Nacional del PP que se celebró al día siguiente de la convocatoria electoral, ninguno de sus acólitos y colaboradores se atrevió a plantarle cara para decirle abiertamente que el fracaso no había sido del PP, sino de su presidente Mariano Rajoy, por las razones anteriormente apuntadas. Así que para los seguidores de este partido les digo: señores, vayan buscándose con tiempo otra alternativa política más saludable, porque el PP está a punto de desaparecer, siguiendo los pasos del CDS de Adolfo Suárez, aunque aquello todavía tuvo su explicación. Vicent Moreno Mira. València.