Las matemáticas, además de resolver problemas serios, en ocasiones divierten cuando un matemático crea supuestas paradojas suscitadas por el efecto trampa del autor de la curiosidad. Y así lo vemos en el famoso problema del reparto de 17 camellos a tres herederos siguiendo una proporción que aparentemente lo hace inviable. Desgraciadamente, esa persuasiva manera de exponer el problema, intentando asegurar que carece de solución, lo estamos viendo con nuestros políticos.

¿Cómo resolver el llamado puzle de la gobernabilidad sin que nos obnubilen cada una de las intervenciones de los cabeza de lista? Para empezar, parece lógico que la gobernabilidad sea la opción más votada pero sin trampas, es decir, comenzando por lo general (ideología) hasta llegar a lo particular (líderes). En nuestra comunidad, tanto a Corts como al Ayuntamiento de Valencia, el progresismo ha resultado mayoritario frente al conservadurismo. De este hecho se puede colegir que lo ético sería que los gobiernos (autonómico y local) sean progresistas puesto que es la opción ideológica más votada.

A continuación se debe descender hacia la Presidencia y la Alcaldía. El partido progresista más votado en cada ámbito le correspondería cada una de estas jefaturas en consecuencia con lo anterior. El resto del reparto se basaría en las proporciones oportunas según los escaños obtenidos. Obviamente este método para resolver una paradoja no se hubiera presentado si algunos políticos entendiesen el concepto de mayorías ideológicas y de programas, por ese orden, porque si hay un acuerdo de otro tipo sin refunfuñar, cualquier opción es válida, eso sí, nunca desvirtuando lo general: la ideología. Benedicto Torres. Valencia.