El uso racional de la libertad orienta al ser humano al bien común, es ser firme en actitudes sociales positivas y perseverante en el ideal de libertad. O sea que la dignidad humana requiere que el ser humano actúe según su conciencia y libre elección, inducido por convicciones internas personales, de ahí el uso racional de la libertad, ya que el ser humano no debe ser movido en aquella por presiones o coacciones externas, sino que liberado de esas formas de atenazar su libre acción y pensamiento, tenderá a la libre elección del bien común, ya que la única lucha que se pierde es la que se abandona. Recuerdo en relación de la añeja libertad una frase de Alfonso X El Sabio: «Quemad viejos leños, bebed viejos vinos, leed viejos libros, tened viejos amigos». Francisco Javier Sotés Gil. Valencia.