Si estrechamos la mano a nuestro interlocutor, hagámoslo con fuerza y mirándole a los ojos,ya que si lo hacemos mirando al suelo o hacia un lado lo interpretán como falta de sinceridad. Con esta premisa,vamos observando que algunos políticos están más pendientes de las cámaras y de los fotógrafos, pero no se miran a los ojos cuando se estrechan las manos. Y en las entrevistas están algunos a la defensiva e incómodos y si casualmente se miran a los ojos lo hacen con expresión facial rígida y forzada. La verdad de los políticos no es difícil de describir, por sus formas de mirar y estrechar las manos,y sus pautas de comportamiento. Francisco Javier Sotés Gil. Valencia.