Parece mentira que haya personas que, siendo del mismo país, desprecien a las personas que no piensen como ellos. Qué mal les habrán hecho a los catalanes el resto para llamar charnegos a los castellanohablantes que viven allí. Estos políticos en vez de sumar, restan: los españoles no odiábamos a los catalanes, y viceversa, pero ahora parece que hemos estado tirándonos piedras toda la vida.

A ver si se enteran y nos sentamos y tratamos esto en profundidad. Porque la gran mayoría de catalanes quiere vivir en paz, y armonía, y la mayoría de españoles se sienten un poco catalanes porque son parte de nosotros, como nosotros lo somos de ellos. No la usen de pelota, no se lo merece. Jesús Clemente. Aldaia.