El alcalde de Valencia, Joan Ribó, participó el apsado martes en la mesa redonda «El cambio climático después de la conferencia de París ¿Eludiendo lo ineludible?». En todo lo que planteó estuvo acertado aunque una vez más se utilizó el planteamiento de centrarse más en las consecuencias que en las causas, o al menos en las causas más visibles: el aumento de las emisiones de los gases de efecto invernadero y el aumento de la temperatura global. Y planteó soluciones municipales inmediatas correctas como las medidas para mejorar la movilidad urbana.

Pero no consideró que el cambio climático no solo es cuestión de humos. Por ejemplo, la agricultura agroquímica que se nutre casi exclusivamente de insumos derivados del petróleo también está influyendo, indirectamente pero en gran proporción, porque necesita del petróleo, cuya obtención, por si sola, ya destruye gran cantidad de ecosistemas y sumideros de CO2 que al final influyen muy eficientemente en el equilibrio climático. El ayuntamiento, además de mirar por mejorar la movilidad urbana, debería considerar importante plantear una agricultura urbana y periurbana ecológica, esto es de ciclo de materia orgánica cerrado y de circuito comercial corto, puesto que la alimentación industrial obtenida en las grandes superficies y derivada de la agricultura agroquímica también influye en el cambio climático. Julio García Camarero. Valencia.