Mientras Pedro Sánchez malgastó su tiempo con un pacto antinatura con Ciudadanos, rechazando la oferta de Baldoví para reconducir una situación que al de Madrid se le escurrió entre los dedos y que aquí en Valencia han sabido ver y llevar a buen término, Podemos e Izquierda Unida le toman la delantera para formar la gran plataforma a la que se sumarán otras fuerzas con mejor visión que un PSOE que en Madrid ha ido perdiendo por el camino el sentido de dos de sus siglas: la de socialista y la de obrero. A su vez, Rajoy queriendo aparentar serenidad, fingida a todas luces, da vía libre a sus voceros, como el lenguaraz González Pons, para hacer el trabajo sucio recurriendo al trasnochado voto del miedo, cuya estrategia no engaña a nadie. Idéntico proceder que el de Isabel Bonig, que a falta de más juicio sigue los mismos pasos de su presidente de partido y Gobierno orquestando una campaña que, por viciada, está condenada al fracaso presagiándose la extinción de un PP machacado diariamente por sus escándalos e incapaz de salir del atolladero. Por fortuna, las próximas elecciones nos permitirán votar por un cambio y transformación que nuestra sociedad requiere para avanzar. Francisco Escámez. Valencia.