El servicio de expedición y renovación del título de familia numerosa, dependiente de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, se ha convertido en un auténtico agujero negro de la Generalitat, donde se ahogan, un año tras otro, la paciencia de quienes debemos tramitar ese documento que nos da derecho a unos (exiguos) beneficios sociales, bien pobres cuando se comparan con el pomposo título de la conselleria que debería garantizarlos. Si hace dos años el tiempo medio de expedición era de un mes, el año pasado ya fue de unos tres meses, y este año, según reconocen impotentes los funcionarios que se enfrentan a los incrédulos afectados, está siendo de seis meses. Seis meses en los que los derechos de la familia numerosa afectada quedan anulados.

Por si ello fuera poco, asociaciones privadas de familias numerosas están interviniendo en el procedimiento administrativo a fin de acelerar la tramitación para sus asociados, en una nueva versión del qué hay de lo mío impropio de la Administración moderna que nuestros políticos no dejan de publicitar. Soy padre de una familia numerosa con tres hijos, dos de ellos estudiantes universitarios. Son innumerables los trámites (pagos de matrículas universitarias, de escuelas de idiomas, transporte público diario, recibo de la luz...) a los que, desde principios de noviembre, no podemos acogernos con los derechos propios de tales familias por la crónica inoperancia de un servicio de la conselleria en la que hace tiempo se produjo una auténtica quiebra del principio de legalidad. Tomás Ruiz Luna. Valencia.