En la primera mitad del siglo XX se acuñó en EE UU un dicho que rezaba que «lo que es bueno para la General Motos es bueno para Estados Unidos», que muchos sectores no compartían , y que se refería a la influencia que tenían en la actividad económica del país los centenares de miles de trabajadores industriales de sus fábricas, con empleo fijo, a tiempo completo y un salario decente. No es el caso de la hostelería valenciana, que por sus características estructurales y por la reforma laboral en vigor produce un tipo de empleo precario, paradigma del empleo que crea la crisis.

El presidente de la federación empresarial de hostelería, señor Espinar, arropado por representantes de otras asociaciones cuyo objeto es el mismo -Levante-EMV, jueves 13 de abril- «en nombre de la sensatez, la cordura y la responsabilidad» exigía, al gobierno municipal la continuación de la política de la anterior administración del PP que en horas nocturnas despojaba al bus y al taxi de su carril para cederlo a los coches privados de sus potenciales clientes. Y si no, movilización y tribunales.

Se ha intentado implicar a los vecinos para justificar el mantenimiento del expolio. Nada más lejos. Los vecinos de esa zona, como el Eixample regresan mayoritariamente a sus domicilios entre las 15 y las 19 horas y no esperan hasta las 22 para conseguir un hueco en el carril expoliado. Sufren el vocerío de los alegres coperos que regresan en cascada, y las molestias y los riesgos de tomar y dejar el bus o el taxi en el segundo carril en lugar de en la acera.

La otra reivindicación patronal -«más terrazas»- implícitamente es menos acera. La mitad o los dos tercios de cada acera se convierte en terraza/almacén de mobiliario de restauración. Pasear por ella se ha hecho prácticamente imposible porque en muchos casos solo se puede ir en fila india o en pareja. ¿ Se consolidarán algún día en Valencia, como derechos fundamentales el apoderarse del carril bus/taxi, el impedir el descanso en zonas residenciales, en ocupar la acera para negocios privados? Estamos en camino. Antonio J. Castillo (Vecino de l´Eixample) València.