El pasado sábado, 29 de abril, mi padre cumplió 83 años. Durante la comida le dije: «Papá, ganándole al Oviedo estamos de nuevo en Primera». No obstante, su enfermedad ya no le permite comprender bien las cosas. Le ha arrebatado tantas tardes de regaliz y saladitos en las que encendía el puro cuando marcaba su equipo... Ya no recuerda a aquella chica rubia con la bufanda del Levante que era idéntica a la del anuncio de Soberano cuando jugábamos en Tercera y en Segunda B, ni los goles que cantaba el inolvidable Paco Gandía. Se sorprende si le digo que disputamos la Europa League.

A mí me queda la imagen turbia de Vallejo con mi primo Basilio al lado, la inauguración del Antonio Román, los viajes al Nou Estadi montado en la Cofersa que conducía mi padre y mil cosas más. Sin embargo, él recuerda por momentos a su equipo, pero no sabe donde juega; pregunta entonces por su amigo Eduardo Torres, masajista de la época del primer ascenso a la máxima categoría, al que cree todavía vivo. También, algunos días, comenta que fue jugador del Levante.

El sábado, cuando le dije que ganando volvíamos a Primera, sonrió sorprendido y me dijo: ¿Sí? Al instante ya no sabía de qué hablábamos. Yo me encargaré de que, aunque sea por instantes, recuerde este ascenso y tantos buenos momentos... ¡Macho Levante! Ángel Gálvez Hervás. València.