El pasado domingo 18 de junio, a raíz de la muerte del torero Iván Fandiño, su medio publicó: «La tradición taurina dicta que la familia de un toro que ha matado a un torero debe ser sacrificada. Este acto de venganza taurina ya saltó al conocimiento público y suscitó grandes críticas tras la muerte del torero Víctor Barrio».

Somos conscientes de que todo lo referente a la tauromaquia se presta a las pasiones a favor y en contra de este mundo, del mismo modo que conocemos que temas espinosos o sensacionalistas sobre el toro, en el momento en el que vivimos, favorecen un contenido viral propicio para la notoriedad de cualquier medio.

Desde la Fundación del Toro de Lidia, entidad que aglutina y defiende al sector (toreros, ganaderos, empresarios y aficionados), afirmamos que no existe tradición taurina que dicte que la reata de un toro que ha matado a un torero haya de ser sacrificada. De hecho, si nos remitimos a las dos últimas ganaderías en las que ha ocurrido (Los Maños y Baltasar Ibán), ninguna de las dos, ni lo ha hecho, ni se lo han planteado -y así lo han declarado-.

Sabedores del desconocimiento que existe sobre la cultura de la Tauromaquia y como representantes del sector, le hacemos llegar la realidad de la situación con el objetivo de que comprueben que esta práctica no se realiza y rectifiquen su información. Carlos Núñez Dujat des Allimes. Presidente de la Fundación Toro de Lidia.