Quizás lo más impresionante del bochornoso episodio que se ha llamado la conjura de los barones y que acabó con la defenestración de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE, fue la digna reacción del vencido. Renunció a su escaño en el Parlamento a pesar de que, tratado como apestado por la nueva gestora, sus posibilidades de volver al Congreso con la nueva dirección socialista eran nulas. Su decisión prácticamente le conducía a la cola del INEM.

Esta actitud contrasta con la de nuestro barón regional, uno de los conjurados, que no quiere dar el paso hacia atrás que requiere su condición de perdedor en esta guerra. Aunque sabe que es imposible que repita como candidato en las elecciones del 2019, se resiste a una transición pactada.

Que un político tan experimentado pida que «alguien lo explique» como reacción a la aparición de una alternativa del sector ganador, muestra claramente su bajo nivel de comprensión de la realidad. Solo falta que se cuestionen algunas de sus decisiones, como la nueva y cara RTVV, que aumentará notablemente el déficit. Pedro Frontera. València.