Ayer se cumplieron treinta y nueve años desde que los españoles votamos en referéndum el proyecto de Constitución, y con ello, la aprobación a la transición a la era democrática que disfrutamos. Este poema mío quiere ser un homenaje a ese día.

«¿Cómo puedo rendirte un humilde homenaje?/¿Diciendo que esperaba tu esperado llegar?/¿Que dolía tu ausencia y temía tu estancia?/Pues, no te conocía, no te podía amar.

Yo sé que te esperaba como pueblo vencido,/como patria dolida que busca renovar/la canción de silencio de noche adormecida/y cambiarla por salvas de paz y dignidad.

Sabía que a tu paso se han rendido palacios,/que has inspirado cartas de tal intensidad,/que Magnas se las llama para expresar el rito/de dar a los Estados forma de gobernar.

Tu nombre se ha extendido, y hasta es tomado en vano/por aquellos que buscan velar la iniquidad,/mas, tienes seguidores que defienden a ultranza,/Democracia, tu sueño, de crecer con verdad.

Eres la esencia firme de una idea cuajada./Fruta que ha madurado pidiendo libertad./La igualdad que proclamas la llevas incrustada,/y es tu bandera siempre, un grito de hermandad.

Te quiero, Democracia, por todo cuanto ofreces:/Por ser voto en los labios de labriego y abad./Por dar soberanía a un pueblo penitente/que esperaba tu aliento para alzarse y andar».