Alucino con la cantidad de políticos y funcionarios que cuando tienen que declarar ante la justicia responden que no tenían ni puñetera idea, ya que hacian lo que les mandaban. Como el caso de la extesorera del PP Yolanda García, que dice que no tenía formación contable, ni firma, ni conocimiento de que existieran pagos ilegales. Dicen, y es verdad, que las mentiras tienen las patas muy cortas, y aparentemente por lo que está saliendo en este tema hay mucha tela que cortar.

Por otro lado, parece que quien está pagando el pato son los trabajadores de las empresas colaboradoras que han desapareciendo, mientras que sus gerentes no tienen problema en cambiar el nombre si hace falta para seguir haciendo lo mismo con los políticos actuales, ya que esto no es nuevo en este país y llevan muchos años de experiencia. Enrique Fernández Iniesta. València.