El paraíso también es para los niños€ inculcarles los cuentos infantiles, llenos de dones sobrenaturales como la lámpara de Aladino, de la que sale un genio, para que en su conciencia los niños tengan paz y bien. Si educamos bien a la gente joven, un día será normal ver apariciones de la lámpara de Aladino con sus genios respectivos y en el púlpito de oradores será el canto de los ángeles con sus querubines respectivos. Hay que enseñarles a pintar como Van Gogh, a la Segatori€ componer partituras como Beethoven, practicar atletismo como Sebastián Coe, todo ello desde niños y acabarán las tiranías. El misterio se concibe con los dones sobrenaturales, teniendo a Miguel de Cervantes, con su pluma para escribir, como Mario Vargas Llosa€ contemplando el universo con el nuevo coche que se han inventado. Francisco Benavent Espí. Caracaixent.