«Bares, qué lugares, tan gratos para conversar», dice una famosa canción de antes. Porque ahora, esos bares ya no son los de esa España. Ahora ni esos bares son lo que eran ni esa España tampoco. Ni en ese bar ni en esa España se puede ya conversar gratamente. Si no eres feminista te insultan, si eres católico te insultan, si dices ¡viva España! te insultan, si vas en coche te insultan los de la bici, si vas en bici te insultan los de los coches, si eres peatón te insultan y te atropellan todos, si te pones un disfraz de enfermera sexi te insultan, ellas, que no ellos, si te manifiestas de un partido, equipo, deporte... te insultan los del otro, si eres porque eres y si no eres porque no eres, da igual, te insultan.

No quiero pensar en todas las acusaciones insultantes que les van a caer a las Fallas y sus maravillosos ninots. No quiero pensar las numerosas burlas, insultos y faltas de respeto que recibirá Jesucristo cuando llegue la Semana Santa. Ya no se puede conversar gratamente en un bar español, ni en casi ningún sitio. Siento que cada día hay menos libertad (de expresión y de todo), menos respeto y más odio. Siento que cada día que pasa España es más fea y más aburrida. Consuelo Jover. València.