Desde donde quiera que estés, Manolo, estarás viendo crecer a la luz de tus ojos: tu nietecito, el brillo inocente del cariño más puro. Serás el ángel de la guarda de tus tres hijas y de Eva. Seguirás escribiendo en el Facebook del Cielo y alumbrando con tu cariño los wasaps de allí arriba. Y habrás encontrado a tu querido perrito, y lo seguirás paseando por los más bellos parques y las avenidas más verdes. Hasta siempre, amigo. Salvador Ruiz-Fargueta. Torrent.