Esta semana hemos podido ver las impactantes imágenes de un elefante muerto, dos heridos de gravedad y otros dos ensangrentados deambulando aturdidos por el arcén de una autovía. Los animales eran trasladados en un camión que sufrió un accidente de tráfico.

Estas imágenes tendrían que servir para que las autoridades competentes dicten normativas que acaben de una vez por todas con el uso de animales en espectáculos públicos para distraer a los humanos. La vida de estos seres vivos, como nosotros, enjaulados en condiciones inhumanas durante toda su existencia supone un maltrato continuado. Al menos, y de momento, habría que liberar a estos elefantes que han sobrevivido y enviarlos a lugares idóneos en los que puedan acabar sus vidas en las mejores condiciones posibles. Manuela García Pérez. València.