La mendicidad en las calles habría que prohibirla. Los ayuntamientos son los que deben acabar con esta situación buscando otras alternativas a aquellas personas que estén en la calle por diversos motivos, que igual están en cajeros, en las puertas de los supermercados o en sitios estratégicos dónde ellos saben que van a causar más pena, llevando sus enseres en carros de un lugar a otro. También los hay que les gusta tener sus normas y prefieren vivir sin opresiones, y puedo asegurar que es cierto€

Tomé la decisión de acoger a una joven que vivía en la calle con su mascota. Aquello me impactó y por eso mi familia y yo le buscamos trabajo y luego le abrimos las puertas de nuestra casa. Sin embargo, fue un trabajo muy costoso educar a una persona de 25 años con unas costumbres muy arraigadas y sin mucho interés en corregir algunas de ellas. Que te den techo y comida a cambio de nada no creo que haya mucha gente que lo haga, y menos sin tener un vínculo con la persona que acoges. Fueron un total de 7 años. Yo me impliqué mucho en mejorar su forma de ser, pero llegó un momento en que me dijo que su vida en la calle era mejor, pues emanaba mucha alegría y pidiendo se sacaba una buena cantidad de dinero.

De esta experiencia puedo decir que para mí la mayor satisfacción fue aquel bello perro negro azabache con una mirada de amor. Como defensora del derecho a los animales, me gustaría que se legislase una ley para que no se aprovechen de los animales para obtener mayor beneficio, siendo ello una explotación animal, cuando el cuidado es muy escaso, carecen de vacunas, de una buena alimentación y no todos son tratados afectuosamente. Matilde Bartual Sánchez. València.