En los últimos años, venimos asistiendo a un cambio en nuestros idiomas, sobre todo por lo que se refiere al léxico. Todos empezamos a utilizar palabras que no pertenecen a nuestra lengua hasta que las mismas entran en nuestro vocabulario y, a veces, llegan a imponerse a nuestros términos. Ese cambio se registra en casi todos los idiomas, pero ¿estamos seguros de que dicho fenómeno representa un enriquecimiento?

La mayoría de las palabras que adoptamos proceden del inglés y pertenecen a variados ámbitos: por ejemplo, al deporte, a la informática y a la moda. Algunas de estas han llegado a reemplazar a los términos originarios, mientras que otras han sido traducidas: en muchos casos se adoptan por necesidad, porque en la lengua que las incorpora no existían o había pocas. El lenguaje informático puede ser un claro ejemplo en ese contexto: el mismo se enriqueció con términos ingleses y se extendió a todas las lenguas. Es normal -casi obligatorio- hablar de pc en lugar de ordenador personal, de hard disk, en vez de discoduro, o de email, en lugar de correo electrónico. Está claro que ese no es el único lenguaje que sufrió dichos cambios. Podemos hacer jogging, hacer camping, tener feelings y muchas otras cosas que preferimos designar con anglicismos. Está claro también que el español no es el único idioma que ha sufrido cambios. El lenguaje informático italiano, por ejemplo, está compuesto solo por términos ingleses. Lo mismo pasa con el léxico deportivo. En Italia, a menudo se utiliza el inglés sin una razón específica: por ejemplo, es fácil entrar en un bar y oír a un italiano pedir un coffee en vez de un caffè. Es verdad que el inglés no es la sola lengua que influye en otras, ¡a los italianos les gusta mucho hacer la siesta!

Para concluir, podemos definir en términos de "enriquecimiento" la adopción de palabras que antes no existían en una lengua. Sin embargo, por otro lado, existen cambios establecidos por la moda: utilizamos ciertas palabras porque nuestros amigos lo hacen. Desde ese punto de vista, podemos hablar de "empobrecimiento", porque corremos el riesgo de borrar nuestras palabras.