El 19 de mayo a las 12 en punto del mediodía , como dice el protocolo británico, tuvo lugar la boda entre Meghan Markle y el Príncipe Harry. Una boda muy mediática y con un aire fresco para la corona británica. Una actriz de Hollywood, separada y de raízes negras, que puede ser mejor que eso. Una ceremonia con arzobispo afroamericano, nada más y nada menos que Michael Curry, y un coro góspel para la ocasión. Un «si quiero», pero un no hacia la obediencia. Un choque de culturas para una de las monarquías más antiguas que existen. Todo un reto para un chica de California, que ha conseguido romper con los esquemas tan absurdos de esta família. Es hora de romper con los protocolos y dejarse empapar por todo lo nuevo que falta por venir. Me dirijo a aquellos que siguen las reglas, los anticuados. Es hora de realizar cambios para lograr hechos. Sed inconformistas, valientes y arriegaros a romper con lo ya establecido, porque así es la única manera de lograr algo nuevo, algo diferente. Aplaudo su actitud y espero que esto sirva de ejemplo a seguir. Marc Rodríguez. València