Una vez más las portadas de las revistas del corazón se llenan de los «arggs» de las estrellas de cine: granos, celulitis, pelos fuera de su sitio... Y otra vez se palpa en la sociedad la exigencia de esos altos cánones de belleza que ni las celebridades con sus maquilladores, estilistas o entrenadores personales consiguen. Y si no lo alcanzan ellas cómo puede una mujer trabajadora a media jornada, madre y esposa a tiempo completo conseguirlo. Hace unos días leí un artículo acerca del glamour de las antiguas estrellas de cine y cómo las de hoy lo habían perdido por completo, dejando de ser modelos para convertirse en reflejos. Sin embargo, creo que muchas mujeres seguimos viendo en ellas un ejemplo. ¿Quién no ha probado a hacer la dieta dukan que tan famosa se hizo hace unos años? ¿Quién no ha intentado copiar el estilo de Gwyneth Paltrow o Diane Kruger? Y aun siendo impecables han sido criticadas por esos kilos de demás o por un peinado poco favorecedor.

En el fondo, las mujeres de hoy en día no buscamos arquetipos de señoras perfectas, sino lo que buscamos es a alguien que al igual que ellas tenga un tipo de pera o de reloj, o que además de ser actriz sea madre de familia. Queremos modelos naturales, no inalcanzables. Esther García Ibáñez. València.