Con todos los respetos a la persona por la situación de su salud en la actualidad. Pero no por ello tengo que mantener ese respeto al remontarme a aquellos años en que consiguió la alcaldía de Benidorm con malas artes al comprar el voto de una tránsfuga, pasando después a ocupar la presidencia del Consell. Muchos nos sentimos engañados por su prepotencia y cinismo tras aquel comentario en conversación con el concejal Salvador Palop en la que le transmitió aquello de «me tengo que hacer rico porque estoy arruinado. Tengo que ganar mucho dinero, me hace falta mucho dinero para vivir».

Y ahora Zaplana duerme en un jergón. Después de aquellos espléndidos y gratificantes (además de rentables) para él, años en los que dormía en buenas camas y mejores, si cabe, haciendas. Pues que la nostalgia no le dificulte el sueño como al pueblo valenciano sí que se lo ha quitado y se lo sigue quitando el robo, la corrupción y el saqueo a manos de la «organización criminal PP» de la que ahora le acusan de obtener buen rédito mediante posibles delitos que de momento le han conducido a Picassent.

Recuerdos a Rafael Blasco. ¡Otro que tal! Antonio Giménez López. València.