Hoy me han regalado un número. Me lo han tatuado en la frente y me han dado una palmadita en la espalda. Dicen que mi número abre puertas, que me lo he ganado. Dicen que sin él no soy nada, que sin él no puedo cumplir mis sueños.

Hoy me han regalado un número, me han definido en un puñado de cifras y me he puesto nerviosa. Yo ya les había contado que no me gustan las definiciones y que la suya era especialmente incompleta, pero, como siempre, no me escucharon.

Mi número y yo nos hemos caído bien a pesar de que acaba en cifra par, pero, como siempre, eso no es todo lo que importa. Mi número no lo dice todo de mí, ni tampoco de ellos. De todos a los que atan a él y convencen de que nunca les irá mejor. No cuenta la historia de sus cimientos en la escalada hacia la cima ni sus esfuerzos, no cuenta su habilidad para bailar y hacer sonreír al chico de los ojos tristes.

Hoy nos han regalado un número. ¿qué más da? Mañana quizá nos regalen una estrella. Ana Díaz Vidal. València.