Leo con estupor, aunque pienso que debe ser un error de la ministra portavoz y de Educación, Isabel Celaá, que dice asistir con respeto a la apertura de las «embajadas» catalanas, las de una comunidad autónoma, de por sí ilegales. Muy bien podría explicar el ministro de Exteriores, Josep Borrell, que el único que puede nombrar embajadas es el Gobierno, que nombra a los embajadores de España. Por lo que debe ser inminente el cierre de esas «embajadas» ya que Quim Torra se dedica por entero a propagar el separatismo una vez más, y como anteriormente lo hicieron, en un interés dislocado de unos golpistas que están, como era de esperar, en la cárcel y otros fugiitivos de la justicia en otros países. Creo que la ministra portavoz quiso decir la apertura de las agencias de representación turística de Cataluña. Si no, mal comienzo. Francisco Javier Sotés Gil. València.