Veo, sin sorpresa, en este mismo medio de comunicación, que de nuevo se impone la calidad de la enseñanza privada-concertada frente a la pública no sólo en los resultados de la Selectividad, donde de los 10 mejores colegios de la Comunitat sólo dos son públicos, sino también por el número de solicitudes para ingresar en Educación Infantil y Primaria, donde las familias, haciendo uso de su libertad, se decantan mayoritariamente por colegios concertados. Es realmente penoso que la enseñanza pública, con mayores recursos y con profesores mejor pagados que en la concertada, no levante cabeza en nuestra comunidad, a pesar de los intentos cuasi dictatoriales del conseller Marzá por aniquilar los conciertos educativos.

Ahora está muy de moda lo del sistema de gestión de la calidad. La misma Administración educativa apuesta por ella en los colegios, por lo menos en los concertados; y parte importante de este sistema es la medición de esa calidad por medio de indicadores válidos y consistentes. Me consta que la Conselleria de Educación dispone de un catálogo importante de esos indicadores y esa misma consellería, en lugar de dejarse llevar por impulsos ideológicos y partidistas a la hora de conceder o quitar conciertos educativos, debería también usar esos indicadores, aunque yo le propondría tres más: el de los resultados al finalizar la ESO, para ver la tasa de titulados y el abandono escolar, los resultados la Selectividad, para ver de dónde proceden los alumnos con mejores resultados al final de su proceso de aprendizaje, y el número de solicitudes para el inicio de la escolaridad.

Un buen plan de seguimiento y medición sería muy útil para ver cuáles son las debilidades y las fortalezas del sistema, para así poder planificar mejoras. En fin, todo muy sabido y cacareado por la Administración educativa, pero ¿puesto en práctica en la pública?