Por si no compartíamos suficientes datos de nuestros hijos por whatsapp, se nos acaba de presentar otra oportunidad para completar nuestro perfil y dejar registro en Canadá o donde quiera que estén sus datacenters: la Conselleria de Educación se ha pasado de transparente en la publicación de los listados de alumnos admitidos para el próximo curso. Se agradece el gesto. Pero se ha demostrado una vez más cómo la transparencia y la protección de datos han entrado en colisión. Sarcásticamente justo días después de la aplicación del Reglamento General de Protección de Datos.

Imagino el motivo de tal loable exposición: demostrar un sistema objetivo de asignación de centros acorde a unos criterios establecidos. No hay refutación en el ejercicio. No obstante, se podría haber resuelto asignando un número de preinscripción que sustituyera al nombre de los futuros alumnos.

Evidentemente la solución completa al conflicto transparencia versus protección de datos dependerá de muchos otros factores que no solo la simple asignación de una clave primaria a cada registro. El reto de este escenario, incluyendo las nuevas exigencias de la Ley de Procedimiento Administrativo para adaptarse y no volver a solicitar documentos que obran en la Administración, se llevará mejor con: la aplicación de políticas de gestión documental, implementación de herramientas interoperables, contar con el apoyo de profesionales y sensibilizarnos a todos los niveles con que la protección del dato no es una obligación, ni una neura del que se preocupa ni tampoco un capricho legislativo por modas; es un derecho fundamental sobre el que a todos nos gustaría que se respetara si se tratase de nuestro dato, de nuestro perfil.

Tal vez deberíamos hacer aquel examen de conciencia para lograr un mejor control sobre la información que se esparce sobre nosotros, sobre nuestros hijos. Por ejemplo, cabría preguntarse para qué es necesaria la grabación de imágenes de menores en los centros educativos y subirlas a Facebook o cualquier vía de exposición pública. El ejercicio de transparencia del buen hacer del centro se puede ejercer sin comprometer la intimidad de nadie. Como a corto plazo no podremos pararlo, piensa que tu hijo será un adulto en breve. David Seguí Morant. València.