La multidenominación de las vías públicas (valenciano/castellano; con/sin nombre; con/sin profesión€) es incompatible con el uso de las nuevas tecnologías (máquinas al fin y al cabo). Como mínimo, causa pérdidas de tiempo y, de ahí, la ineficiencia e improductividad que suele caracterizarnos. Es necesario adoptar, difundir y utilizar una denominación oficial para todos los lugares de nuestros pueblos y ciudades.

Hoy ha sido buscando una farmacia de guardia. En el centro de salud se indicaba la calle Médico Vicent Valencià. El navegador no localiza ningún «médico»; con tiempo, se aclara que corresponde a «Vicent Valencià» (en Google Maps, «Doctor Vicent Valencià»; en el plano de Google, «Metge Vicent Valencià»; en la web municipal «Vicent Valencià»). Como arquitecta municipal, me pasé más de treinta años diciendo que, para la administración electrónica, no es lo mismo «Mare de Déu del Pilar» que «Virgen del Pilar» (nombre de la calle de la fachada lateral del ayuntamiento). Al irme, aún había compañeros que, en este asunto, iban por libre.

Localizar un farmacia no es cuestión baladí. Tampoco identificar convenientemente todo lo que guarda relación con el asunto: títulos de propiedad, padrones electorales, localización de accidentes o emergencias, etcétera. Hay normas reguladoras. Por favor, ayuntamientos, tómenselas en serio: aclaren el nombre oficial de sus vías públicas, divúlguenlos, pongan rótulos donde toca, inserten en sus webs los planos callejeros oficiales y exijan que se utilicen por todos. Maria-Pilar Núñez Lizondo. Rocafort.